La depresión en adultos mayores, también conocida como depresión geriátrica, es una de las condiciones de salud mental más habituales en esta etapa de la vida. Sin embargo, pocas veces se diagnostica correctamente, ya que los síntomas suelen confundirse con dolencias físicas o con el deterioro natural del envejecimiento, lo que retrasa la atención adecuada.
Depresión en adultos mayores: cinco señales que la advierten y no deben pasarse por alto
La depresión en la vejez puede confundirse con síntomas físicos o con el envejecimiento mismo. Reconocer sus señales a tiempo es clave para prevenir riesgos.
-
MSP abrió la inscripción a profesionales y personas individuales para la Acción País
-
OpenAI y Meta están trabajando en mejorar sus chatbots para ayudar a los adolescentes en crisis

La depresión en adultos mayores suele pasar desapercibida, ya que se confunde con problemas físicos o con el envejecimiento.
Detectar a tiempo la depresión en personas mayores es esencial, ya que aumenta de manera significativa el riesgo de suicidio, sobre todo en hombres. A su vez, este cuadro puede potenciar el desarrollo de enfermedades cerebrales como el alzhéimer o la demencia frontotemporal. El psiquiatra peruano Rodolfo Daniel Roa Llamosas explica que “los cuadros depresivos en el adulto mayor tienen una frecuencia considerable”.
Un estudio reciente en el Instituto Robert Koch de Alemania, muestra que alrededor del 6% de las personas de entre 70 y 79 años desarrolla depresión cada año. Muchos de estos casos se enmascaran en molestias físicas como dolores de espalda, problemas digestivos o insomnio, e incluso en fallas de memoria que llevan a diagnósticos erróneos de demencia temprana, un cuadro conocido como pseudodemencia.
Los síntomas más comunes de depresión en adultos mayores
En los adultos mayores, la depresión no siempre se traduce en tristeza evidente. “Pueden mostrar irritabilidad como un rasgo más común, en lugar de la tristeza que uno esperaría”, advierte Roa.
Las cinco señales de alerta más frecuentes son:
- Irritabilidad constante o impaciencia.
- Aislamiento social y reducción de actividades.
- Pérdida de energía y apatía.
- Dificultades de memoria y concentración.
- Ideas asociadas a la muerte.
El aislamiento social, en particular, puede acelerar el deterioro cognitivo y debilitar la salud emocional, potenciando la depresión.
Estrategias de cuidado y prevención
El tratamiento de la depresión geriátrica debe abordarse con la misma seriedad que en personas más jóvenes. Puede incluir psicoterapia, medicación y cambios en el estilo de vida. Roa recomienda estrategias integrales como:
- Actividad física regular adaptada a la edad, como caminatas o Tai Chi.
- Ejercicios de estimulación cognitiva, desde lectura hasta aprender nuevos pasatiempos.
- Participación en actividades sociales que reduzcan la soledad.
- Correcta higiene del sueño, evitando cenas pesadas y estimulantes antes de acostarse.
La Fundación Alemana de Ayuda a la Depresión y Prevención del Suicidio (SDD) destaca que herramientas como la Escala de Depresión Geriátrica (GDS) y las entrevistas clínicas son esenciales para un diagnóstico temprano. Reconocer las señales y actuar con rapidez puede marcar la diferencia en la calidad de vida de los adultos mayores.
- Temas
- salud mental
- Jubilados
Dejá tu comentario