La causa de beatificación de Enrique Shaw dio un paso decisivo esta semana en el Vaticano. En Roma, la Asamblea de obispos y cardenales del Dicasterio para las Causas de los Santos expresó su “parecer favorable” sobre el proceso del venerable empresario argentino, según comunicó el vicepostulador de la causa, monseñor Santiago Olivera.
El empresario argentino Enrique Shaw, cada vez más cerca de ser santo
Desde el Vaticano confirmaron el avance de la causa. Resta que se le presente la documentación al Papa para la definición final.
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Enroque Shaw cada vez más cerca de la beatificación.
“Con mucha alegría compartimos que hoy tuvo lugar la Asamblea de obispos y cardenales en el Dicasterio para las Causas de los Santos y dio ‘su parecer favorable’ acerca del proceso del venerable Enrique Shaw”, informó Olivera desde la capital italiana.
Se trató de la instancia previa a la elevación del expediente al prefecto del organismo, el cardenal Marcelo Semeraro, quien deberá presentar toda la documentación al Santo Padre para la definición final.
Desde Roma, el obispo castrense alentó a profundizar la oración por la pronta beatificación y compartió una plegaria dedicada al empresario argentino, en la que se destaca su ejemplo de vida cristiana en la familia, el trabajo, la empresa y la sociedad, y se pide su glorificación por intercesión divina.
La historia de Enrique Shaw
La figura de Enrique Shaw ocupa un lugar singular dentro de la historia de la Iglesia argentina. No fue sacerdote ni religioso: fue empresario, oficial de la Armada, esposo y padre de nueve hijos. Nacido en 1921 en París, desarrolló su vida profesional en la Argentina con una mirada profundamente humanista sobre el mundo del trabajo.
Convencido de que la empresa debía ser una comunidad de personas y no un simple instrumento de lucro, promovió relaciones laborales basadas en la justicia social, el diálogo y el respeto por la dignidad humana.
En ese camino, impulsó iniciativas innovadoras para su tiempo, como el salario familiar, concebido para que el ingreso contemplara las necesidades reales del trabajador y su grupo familiar.
En 1955, en el contexto de la persecución religiosa que siguió al enfrentamiento entre el Estado y la Iglesia, Shaw fue detenido por su compromiso público con la fe católica. A pesar de ello, sostuvo su vocación laical como forma concreta de evangelización dentro del ámbito empresarial.
La empresa como misión cristiana
Enrique Shaw fue fundador y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), desde donde promovió activamente la Doctrina Social de la Iglesia en el corazón del mundo económico. Su mensaje resultó contracultural, fe y empresa no solo podían convivir, sino que debían integrarse.
En un momento de discernimiento personal, manifestó su deseo de dejar la actividad empresarial para dedicarse directamente a los obreros.
Sin embargo, un sacerdote lo exhortó a permanecer donde estaba, ya que su misión consistía en transformar la empresa desde adentro.
Años más tarde, esa decisión adquirió un fuerte valor simbólico, especialmente luego de que el actual Papa León XIV, proveniente de la misma diócesis que aquel sacerdote, lo definiera como “un hombre providencial para nuestros tiempos”.
El último tiempo de Shaw y un testimonio histórico
La vida de Shaw se vio marcada por una grave enfermedad. Siendo aún joven, padeció un cáncer que requirió transfusiones urgentes. En un gesto que quedó grabado en la memoria colectiva, los obreros de su empresa se ofrecieron espontáneamente a donar sangre para salvarle la vida.
Aquel episodio dio origen a una frase que sintetizó su concepción del trabajo y la fraternidad social: “Ahora soy feliz, ya que por mis venas corre sangre obrera”. Enrique Shaw murió en 1962, a los 41 años, dejando un legado que trascendió el ámbito empresarial.
El camino hacia la beatificación
El proceso formal avanzó de manera sostenida en los últimos años. En abril de 2021, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que reconoció las virtudes heroicas de Enrique Shaw, declarándolo venerable.
En enero de 2025, el milagro atribuido a su intercesión superó la instancia médica y recibió el aval de la Comisión Teológica. Luego, el 17 de junio, la Comisión de Teólogos aprobó de manera “unánime” la oración de intercesión y los frutos vinculados al hecho milagroso. Finalmente, la comisión de obispos y cardenales del Dicasterio expresó su “parecer favorable”, dejando la causa a un paso de la definición pontificia.
Ahora, solo resta la aprobación final del Papa León XIV, que podría convertir a Enrique Shaw en el primer empresario argentino elevado a los altares, como testimonio de una santidad vivida en el trabajo, la familia y el compromiso social.
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