El cambio climático y la degradación ambiental están acelerando la expansión de enfermedades de origen animal hacia nuevas regiones del mundo. Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), casi la mitad de estas patologías representa una amenaza directa para la salud de las personas.
Enfermedades transmitidas por animales avanzan en Argentina y alertan por el impacto del cambio climático
Advirtieron que regiones que hasta hace poco estaban libres de estas afecciones hoy se convirtieron en focos de riesgo.
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El 60% de las enfermedades infecciosas humanas son de origen animal y que tres de cada cuatro enfermedades emergentes son zoonosis.
Un desafío global con impacto local
Un informe de la OMSA advierte que regiones que hasta hace poco estaban libres de estas enfermedades hoy se convirtieron en focos de riesgo. El fenómeno está vinculado a la deforestación, el uso intensivo de recursos naturales y la urbanización desordenada, que modifican los hábitats y favorecen la transmisión de virus.
La consecuencia más visible es económica: más del 20% de las pérdidas globales en producción de alimentos provienen de patologías animales. En Argentina, la Caprove estima pérdidas anuales de $60.000 millones por este motivo. “Este impacto convierte a la prevención en un tema clave de políticas públicas y seguridad alimentaria”, remarcó Francisco Nacinovich, jefe de Infectología del ICBA.
Una amenaza para la salud pública
La OMS recuerda que el 60% de las enfermedades infecciosas humanas son de origen animal y que tres de cada cuatro enfermedades emergentes son zoonosis. En el país, advierte Tomás Orduna, exjefe del Muñiz, estas patologías están en expansión: la rabia persiste en murciélagos, la leptospirosis sigue presente en áreas urbanas y la leishmaniasis visceral canina ya afecta a nueve provincias.
El especialista subrayó que la vigilancia, la vacunación y el cuidado ambiental son claves para frenar la propagación, junto con el uso responsable de antimicrobianos para evitar la resistencia a antibióticos.
Mosquitos, calor y nuevas epidemias
La expansión de mosquitos como el Aedes aegypti en zonas deforestadas está detrás del avance de enfermedades como dengue, zika y chikungunya. Solo en 2023 se notificaron más de 4,1 millones de casos de dengue en América, una cifra que superó todo el período 2014-2022.
Un estudio proyecta que para 2080 habrá 2.250 millones de personas adicionales en riesgo de contraer dengue a nivel global. También se detectaron brotes de leptospirosis y cólera asociados a inundaciones, mientras que el aumento de la temperatura marina favorece la proliferación de bacterias como el cólera y la salmonella.
El enfoque “Una Salud”
Frente a este escenario, organismos internacionales promueven el modelo Una Salud (One Health), que integra la salud humana, animal y ambiental en una misma estrategia. “Prevenir y controlar la transmisión de patógenos mediante vacunación y políticas ambientales es esencial para anticipar crisis sanitarias”, sostuvo Edgardo Marcos, director del IIEV-UBA.
La resistencia antimicrobiana es otro punto crítico: cada año 700.000 personas mueren en el mundo por infecciones resistentes a medicamentos, y la cifra podría trepar a 10 millones para 2050. El 60% de los patógenos resistentes provienen del mundo animal.
En esa línea, MSD organizó el encuentro “Una Salud”, donde médicos y veterinarios coincidieron en la necesidad de políticas coordinadas. “Analizar la sanidad desde una perspectiva global nos dará herramientas para estar mejor preparados para los desafíos que vienen”, concluyó Nacinovich.
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