Un estudio dio a conocer el motivo por el cual no pueden existir dos huellas dactilares iguales. Se trata de una investigación realizada por la Universidad de Edimburgo, Escocia, y el resultado puede ayudar a comprender cómo las estructuras de la piel, las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos, no se forman en personas afectadas por trastornos como la Displasia Ectodérmica Hipohidrótica (DEH). Conocé más.
Huellas dactilares: ¿por qué no pueden existir dos iguales?
El patrón de las huellas digitales es diferente en cada persona. Conocé a qué se debe.
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Huella dactilar.
Huellas dactilares: de qué se trata el estudio
Especialistas descubrieron cómo se forman las huellas dactilares y de qué modo toman sus características únicas. El estudio multidisciplinario determinó que las crestas de las huellas dactilares y sus arcos, bucles y verticilos típicos están formados por una combinación de señalización molecular y la anatomía de los dedos en desarrollo.
Esta estructura es única para cada persona y, una vez definida, en la semana 19 de gestación, permanece inalterada toda la vida. Es decir, no cambian con el paso del tiempo.
Las crestas se crean a partir de una serie de ondas que se extienden desde distintas partes del dedo en desarrollo para formar el patrón de la huella dactilar. A medida que se van desarrollando los patrones, están influenciados por muchos factores, incluida la longitud de los dedos, la forma de sus yemas y la actividad localizada de los genes.
Como resultado se forma una variedad infinita de patrones de huellas dactilares que pueden tener lugar.
Huellas dactilares: ¿para qué sirven?
Según investigaciones realizadas por el biólogo Roland Ennos, de la Universidad de Hull, Reino Unido, las huellas dactilares permiten al ser humano agarrarse de las cosas. En ese sentido, podrían ayudar a sujetar superficies en condiciones húmedas y, de esta forma, evitarían que las manos se resbalen por una superficie.
De todas formas, en la comunidad científica circula otra teoría: podrían ayudar al tacto, ya que los dedos contienen cuatro tipo de mecanorreceptores o células que responden a la estimulación (como el tacto).
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