El robo al tren de Glasgow fue considerado por mucho tiempo el robo más grande de la historia del siglo XX: El monto robado fue de aproximadamente 2,6 millones de libras. El plan comenzó a idearse en la mente de Bruce Reynolds, hijo de un sindicalista de la planta de la compañía Ford de Dagenhamun, tres años antes del día en que la banda lo llevó a cabo.
Ideó el golpe en prisión, tardó 3 años en ejecutarlo y se llevó casi 3 millones de libras: el robo que conmocionó a toda Escocia
Los ladrones de este robo fueron detectados debido a una pieza insólita. Conocé los detalles.
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Reynolds era un ladrón encarcelado en la cárcel de Durham cuando otro recluso le habló sobre el confidencial traslado de dinero que se realizaba periódicamente entre la ciudad de Glasgow y la ciudad de Londres. Ese dinero era proveniente de la recaudación de los bancos y transportado por el Royal Mail en trenes secretos y en la oscuridad, en el silencio de la noche.
Apenas salió de la cárcel, Reynolds viajó a Londres y comenzó a buscar a los socios necesarios para llevar adelante el robo. En total, formaron parte de la banda 15 personas, entre ellos Buster Edwards, Jim White y Roger Cordrey fueron. El último en unirse fue Ronnie Biggs, un viejo compañero de Reynolds.
Cómo fue el robo al tren de Glasgow
El miércoles 7 de agosto de 1963 a las siete menos diez, salía de la Oficina Postal Ambulante el tren "Up Special" de la estación central de Glasgow hacia la Estación de Euston en Londres, con una carga de 2,6 millones de libras. En sus 12 vagones, viajaban 72 trabajadores de la Royal Mail.
Si bien el dinero a transportar no solía superar las 300.000 libras, esta vez se había acumulado más dinero porque fue después de un fin de semana largo. Si bien era un dato muy confidencial, la banda lo sabía de parte de un confidente.
A las 3 y cuarto de la madrugada del 8 de agosto, el maquinista detuvo el tren frente a un semáforo en rojo que la banda de ladrones había manipulado previamente. Cuando el ayudante del conductor bajó del tren para comunicarse con la estación más cercana, los cables estaban cortados.
Al instante fueron rodeados por los ladrones y, a partir de ese momento, los hechos ocurrieron de forma rápida y precisa. Tom Wisbey y Robert Welch agarraron al ayudante, mientras que Charles Wilson irrumpió en la locomotora. El maquinista se resistió y fue golpeado en la cabeza. Buster Edwards y Roy James desengancharon el vagón de correos y obligaron al maquinista a conducir el tren hasta un puente cercano, donde los esperaba un camión con el resto de la banda.
Rápidamente cargaron el vehículo con las 126 bolsas de dinero que transportaba el tren, y huyeron sin que el personal de correos se entere de lo que acababa de pasar.
Qué pasó con los delincuentes del robo al tren de Glasgow
Luego del robo, los 15 miembros de la banda se habían escondido en una granja, donde tenían pensado pasar un par de semanas y esperar a que el ambiente se destense. Si bien el plan parecía coherente, no pudieron aguantar y a los pocos días repartieron el dinero y se fueron.
Un vecino, al percatarse de movimientos raros en la granja, alertó a la policía, pero ya era tarde. Lo único que encontraron fueron bolsas vacías que pertenecían al tren robado.
Un objeto específico determinó la identificación y detención del grupo de asaltantes: un tablero de monopoly. En su estadía, los miembros habían jugado este icónico juego para matar el rato y habían dejado sus huellas dactilares. Ese dato fue clave para identificar y detener a casi todos los miembros del grupo que llevó adelante uno de los robos más grandes de la historia.
El 20 de enero de 1964 comenzó el juicio a los ladrones en Aylesbury (Buckinghamshire) y duró 51 días. Todos los integrantes de la banca recibieron condenas de al menos 30 años de prisión.
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