La NASA anunció un proyecto que promete transformar a la humanidad y al debate sobre la energía: propone instalar un reactor nuclear en la superficie de la Luna antes de 2030.
La NASA planea instalar un reactor nuclear en la luna: desafíos y objetivos
La agencia espacial desea concretar la instalación en la superficie del satélite lunar para el año 2030. También se considera en Marte.
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La NASA planea una presencia sostenida en la Luna y, eventualmente, en Marte.
Se trata de un movimiento estratégico tanto en el terreno científico como en el geopolítico, de acuerdo al administrador interino de la agencia espacial estadounidense, Sean Duffy, quien fue el encargado de presentar la iniciativa. “Estamos en una carrera hacia la Luna, en una carrera con China, hacia la Luna. Y para tener una base en la Luna, necesitamos energía”, expresó Duffy en una conferencia de prensa.
Desafíos y objetivos del proyecto
Uno de los principales desafíos que enfrenta la permanencia en la Luna es la duración de sus noches: una noche lunar equivale dos semanas terrestres, aproximadamente. Esta larga oscuridad dificulta el uso de paneles solares como fuente de energía primaria, lo que vuelve fundamental la implementación de tecnologías alternativas.
El objetivo es disponer de una fuente de energía constante y robusta que permita establecer una colonia lunar, utilizar recursos in situ y preparar el terreno para un futuro viaje tripulado a Marte. Dicho reactor produciría aproximadamente la misma cantidad de energía que un hogar estadounidense promedio consume cada 3,5 días.
Debido a esto, la solución es contar con un reactor nuclear para mantener hábitats presurizados, operar excavadoras robóticas, alimentar impresoras 3D y sostener sistemas de soporte vital.
Se tratará de un diseño compacto, del tipo SMR (Small Modular Reactor), específicamente diseñado para funcionar en condiciones extremas. Tendrá una asignación de masa de menos de 15 toneladas métricas y utilizaría un sistema de conversión de energía de ciclo cerrado de Brayton, que convierte el calor en electricidad.
El sistema deberá poder apagarse automáticamente cuando sea requerido. Por otro lado, deberá pesar menos de 6 toneladas métricas, una limitación estricta si se considera que también debe ser capaz de generar hasta 100 kilovatios de potencia, suficiente para abastecer unas 80 viviendas promedio.
Teniendo en cuenta el regreso del ser humano al satélite está previsto para 2027, en el marco del programa Artemisa, también se considera otra gran desafió, además de económicos y regulatorios. Algunos expertos sostienen que es poco probable que esta tecnología esté completamente desarrollada y validada a tiempo.
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