«Se trató de un robo de bronces y de marcos de metal de retratos que afectó a 28 lápidas en el Cementerio de La Tablada. Si bien es claramente una profanación, no podemos hablar de un acto de antisemitismo: todas las veces anteriores en las que se produjeron intrusiones en nuestros cementerios, los autores provocaban daños en las tumbas o dejaban pintadas con esvásticas o consignas antijudías como prueba de su verdadera intención. Y eso, esta vez, no sucedió.»
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Así explicó a este diario la posición oficial de la DAIA su presidente, Aldo Donzis, respecto de la intrusión en el cementerio judío de La Tablada, en la que ladrones «comunes» se hicieron de bronces de 28 tumbas, siete de ellas corrrespondientes a víctimas del atentado contra la AMIA, hecho del que se cumplirán 14 años el próximo 18 de julio.
Guillermo Borger, titular de la AMIA -que administra la necrópolis- coincidió con su par de DAIA. «No fue un hecho antisemita; nada lo indica.» Sin embargo, a pesar de que no puede atribuírsele intenciones racistas al hecho delictivo, la indignación en la comunidad judía local era palpable, y no sólo por el robo.
Es que hace menos de un año, Aníbal Fernández, por entonces titular del Ministerio del Interior, acordó con Luis Grynwald, que por esa fecha presidía la AMIA, la instalación de un «sofisticado» sistema de cámaras, grabación y detección de movimientos en un perímetro de hasta mil metros.
Ese sistema, que le habría costado al Estado cerca de un millón de dólares, fracasó estrepitosamente la noche del domingo -que es cuando sucedió el robo- dado que no quedó registro alguno de lo sucedido. Fuentes comunitarias recordaron que las medidas de seguridaden todas las entidades judías son una de las incumbencias de la DAIA, la representación política de los judíos argentinos. Sin embargo, las últimas administraciones de la AMIA se empeñaron en disputarle esa representación, lo que resultó -por caso- en el acuerdo Fernández-Grynwald. El nuevo gobierno de la mutual, encabezado por Borger, prometió que DAIA volverá a ser el interlocutor comunitario.
Sin embargo, ayer mismo se pusieron en contacto con Aníbal Fernández, para expresarle su «profunda preocupación» por la falla en el sistema de seguridad que él compró, instaló y que fue motivo de un acto televisado por el canal oficial.
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