Pascuas, el origen pagano: ¿de dónde vienen los conejos y la idea de romper los huevos?

El cristianismo adoptó el simbolismo del huevo de pascua como una representación de la resurrección de Cristo entrelazando así la tradición de celebrar la llegada primaveral. Pero hay otra simbología.

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La pascua es un símbolo de la resurrección de Jesucristo. Sin embargo, sus orígenes son paganos, donde se veneraba la primavera (en el hemisferio norte) y donde el símbolo del conejo y los huevos representaba la fertilidad y el renacimiento de la naturaleza.

El cristianismo adoptó el simbolismo del huevo de pascua como una representación de la resurrección de Cristo entrelazando así la tradición de celebrar la llegada primaveral. Sin embargo, nosotros, que estamos en el hemisferio norte, estamos en pleno otoño; símbolo del vacío y plenitud.

Así como una integración "entre la sombra: otoño y, la luz: primavera", así celebramos las pascuas como un recordatorio del proceso del despertar espiritual.

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Los huevos son un símbolo de CREAR y, por eso, se recomienda usar "el rito" de las pascuas como un acto simbólico de materialización, así como los adornos del árbol navideño simbolizan lo que queremos cosechar en el próximo año, los huevos simbolizan lo que queremos crear y producir.

Hacer huevos con "simbología" que represente las metas que queremos materializar es un acto que nos puede ayudar a enfocarnos en nuestras metas (también es ideal para regalar, por ejemplo, si tu amiga quiere una casa, podes comprar una casita de juguete, un llavero o algo que simbolice ese deseo dentro del huevo que obviamente "tenés que realizar con tus manos"). La magia sucede cuando estamos creando el huevo y con nuestras intenciones, mientras derretimos el chocolate, recitamos esa meta que queremos materializar, o ese deseo que queremos que se cumpla para un ser querido.

La cocina siempre fue y será un acto alquímico. No es casual que el Baño María sea en honor a una alquimista que descubrió este método para calentar.

La resurrección nos recuerda el proceso de transformar, así como la oruga se transforma en mariposa, las pascuas nos recuerdan el proceso de romper "las estructuras", "límites" simbolizados por esa cáscara y así poder resurgir como alguien nuevo. El proceso de Jesús a cristo, es el proceso del humano a lo divino, es un proceso espiritual que nos recuerda florecer desde nuestra esencia y animarnos a romper los juicios y estructuras que nos vienen del ego (esa parte humana, salvaje, que sólo se enfoca en sobrevivir y no en vivir intensamente con sentido).

¿Por qué hay que romper los huevos en Pascuas?

La Pascua celebra la Resurrección de Jesucristo pero, ¿qué es la Resurrección? La palabra significa "Volver a levantarse". Pascua significa: paso o salto y resucitar significa despertar, levantarse. Y, entonces, aparece "el huevo", el cual significa "célula" (y célula significa celda). Esa es la razón por la que debemos romper el huevo. Sería como un romper la celda para concretar y dar ese paso hacia el despertar.

¿Cómo hacerlo? Tal y como el símbolo lo representa: rompiendo la celda y permitiéndonos renacer como alguien nuevo, no es casual que “huevo” y “nuevo” tengan las mismas letras.

Porque la H y la N son 2 palitos que se unen con un -. Uno es recto, haciendo un puente que une ambos caminos, como un puente que une y al mismo tiempo separa. La H (porque estoy en el medio entre el arriba y el abajo, entonces la N (me invita hacer una subida o una bajada) por ambos caminos. Por eso, la N está en nacimiento, y por eso la H es "muda", porque nos recuerda que es momento de "mudarnos" de posición (identidad, postura, lugar, etc). A veces, mudarnos puede ser bajar a la tierra si es necesario para AVANZAR y levantarse, plantar en la tierra (concretar) o simplemente recordar que estamos vivos.

Y, a veces, significa que es momento de ascender a lo más alto, aunque eso implique "volvernos mudos", transcender la vida, "dejar morir" lo que tiene que morir, ese soltar tan necesario para crear un camino nuevo. Sucede también que por no "soltar", al "pasado", terminamos "soltándonos" a nosotros mismos.

El cuerpo es el huevo. Es así que la imagen de la crucifixión nos habla de eso, aunque duela, y parezca que vas a morir. Siempre está la posibilidad de que cada uno decida qué va a hacer. Con esa H, la bajamos y nos plantamos dando un salto más allá o la subimos y ascendemos, soltando el pasado resucitando y despertando.

(*) Creadora de Alquimia Femenina. Instagram @NataliaBarrera.EscuelaNefer

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