27 de octubre 2024 - 00:00

Un meteorito 200 veces más grande que el que extinguió a los dinosaurios hizo hervir los océanos de la Tierra

El fenómeno ocurrió cuando impactó el meteorito S2 hace 3.000 millones de años. La investigación reveló el impacto en la flora y fauna del planeta hasta nuestros días.

El fenomeno ocurrió cuando impactó  S2 hace tres mil millones de años.  
El fenomeno ocurrió cuando impactó  S2 hace tres mil millones de años.  

Un grupo de científicos reveló que un enorme meteorito hallado por primera vez en 2014 generó el mayor tsunami registrado y provocó la ebullición de los océanos. Según los investigadores, este impacto ocurrió hace 3.000 millones de años, cuando la Tierra se encontraba en sus primeras etapas de formación. La roca espacial, de proporciones colosales, era 200 veces más grande que el meteorito responsable de la extinción de los dinosaurios.

Con la misión de entender mejor este fenómeno, los investigadores se dirigieron al sitio de impacto en Sudáfrica, donde tomaron muestras de rocas. Armados con herramientas, el equipo pudo descubrir que los impactos masivos de meteoritos no solo trajeron devastación, sino que, paradójicamente, impulsaron la vida en sus formas más primitivas.

“Sabemos que en la etapa inicial de la Tierra había restos de asteroides que colisionaban frecuentemente con ella”, explicó la profesora Nadja Drabon, de la Universidad de Harvard y líder del estudio. “Pero lo que hemos identificado es que la vida no solo resistió estos choques, sino que logró prosperar y evolucionar a partir de ellos”.

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El meteorito medía entre 40 y 60 kilómetros de ancho y poseía una masa hasta 200 veces superior que el responsable de la extinción de los dinosaurios.

El meteorito medía entre 40 y 60 kilómetros de ancho y poseía una masa hasta 200 veces superior que el responsable de la extinción de los dinosaurios.

El impacto del meteorito S2

El meteorito denominado S2 fue mucho mayor que el conocido por extinguir a los dinosaurios hace 66 millones de años, que tenía alrededor de 10 kilómetros de diámetro. En cambio, el S2 medía entre 40 y 60 kilómetros de ancho y poseía una masa hasta 200 veces superior. Este gigantesco impacto se produjo cuando el planeta apenas contaba con unos pocos continentes y estaba cubierto principalmente por océanos, habitado solo por microorganismos unicelulares.

El lugar del choque, conocido como Eastern Barberton Greenbelt, es uno de los sitios más antiguos del planeta que conserva restos de un impacto de meteorito. Drabon y su equipo realizaron tres expediciones al área, transitando largas distancias en vehículos antes de adentrarse en las montañas con sus mochilas.

Durante las expediciones, los investigadores buscaron esférulas, diminutas partículas de roca, y recogieron varios cientos de kilogramos de material para su análisis en laboratorio. Los resultados indicaron que el S2 creó un cráter de 500 kilómetros de diámetro y pulverizó rocas, lanzándolas a gran velocidad, lo que generó una nube de roca fundida que cubrió el planeta.

“Imaginemos una nube de lluvia, pero en lugar de agua, gotas de roca fundida cayendo del cielo”, describió Drabon. A raíz del impacto, un gigantesco tsunami barrió la Tierra, destruyendo el fondo oceánico y provocando graves inundaciones costeras. La energía del impacto fue tal que elevó las temperaturas del aire y provocó la evaporación de decenas de metros de agua de los océanos.

Efectos a largo plazo y recuperación de la vida

El cielo se cubrió de polvo y partículas, bloqueando la luz solar y afectando a la vida que dependía de la fotosíntesis. Sin embargo, los científicos descubrieron que estos catastróficos eventos también tuvieron un efecto positivo en la vida primitiva. Las muestras indicaron que la agitación de los nutrientes, como el fósforo y el hierro, tras el impacto, ayudó a alimentar a los primeros organismos.

El impacto actuó como un fertilizante que dispersó elementos esenciales para la vida por todo el planeta ”, afirmó Drabon. Además, el tsunami habría traído a la superficie agua rica en hierro, proporcionando energía adicional a los microbios primitivos.

Según los investigadores, los nuevos hallazgos refuerzan la idea de que la violenta sucesión de impactos de meteoritos en los primeros años de la Tierra creó condiciones favorables para la aparición de vida. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica PNAS, abriendo una nueva perspectiva sobre el papel de los asteroides en la evolución temprana de nuestro planeta.

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