Ya son 7 los referentes barriales fallecidos por coronavirus
A las muertes de Víctor "El Oso" Giracoy, Ramona Medina, Agustín Navarro, Víctor Ávila, se sumaron en los últimos días los fallecimientos de Pedro Condorí, Salvador Benítez y Carmen Canaviri.
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Es un hecho que el coronavirus se ha instalado en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. Algunas de las razones por las que se está propagando con más contundencia que en otras zonas de la ciudad son el hacinamiento y la falta de agua corriente. En suma la falta de vivienda digna.
El virus global vino al país con quienes pudieron viajar en avión y está haciendo estragos en aquellos que nunca podrán hacerlo y viven en condiciones de extrema precariedad.
El primer contagio en Villa 31, en este sentido, ocurrió con una trabajadora de casas particulares que contrajo el virus por el contacto con su empleadora que había vuelto de Alemania. Comparte el baño con 13 personas. Su madre, Toribia Balbuena de 84 años fue la primera víctima del barrio. Al mismo tiempo, los especialistas y la propaganda oficial informan que hasta que no haya vacuna la mejor forma de prevención es el lavado de manos. Pero en las villas de Buenos Aires hubo gente que estuvo hasta tres semanas sin lavarse las manos por falta de provisión por parte de las autoridades locales.
A su vez, la cuarentena viene generando una restricción económica que en las villas es suplida -en parte- por la asistencia de los referentes barriales a través de la entrega de víveres, quienes no cuentan con adecuados elementos sanitarios para desarrollar la labor. Este hecho ha dejado como consecuencia el contagio de decenas de referentes populares, tales como Carlos Ramírez, de la Corriente Villera del Barrio San Martín (Villa 31); Daniel Castillo, de La Cámpora (Villa 31), o el padre Guillermo Torres, de la capilla Cristo Obrero (Villa 31), donde descansan los restos de Carlos Mugica.
Víctor “El Oso” Giracoy, del histórico comedor Estrella de Belén (Villa 31), y Ramona Medina, militante de La Poderosa (Villa 31), fueron los primeros referentes barriales fallecidos por coronavirus. A esa triste lista se sumó Agustín Navarro, militante de la Mesa por la Urbanización y Barrios de Pié (Villa 31) y Víctor Ávila, de Juegotecas Barriales-Puerto Pibes (Villa 31), fallecidos la semana pasada.
Días atrás se conoció el fallecimiento de Pedro Condorí, militante de la Corriente Nacional de la Militancia (Villa 31), Carmen Canaviri, coordinadora del merendero “Lucecitas del Sur” de Barrios de Pié (Villa 1-11-14) y Salvador Benítez, delegado de Manzana (Villa 31 bis).
No es casual. Están en la línea de fuego, haciendo lo que el gobierno porteño no hace. Ocupándose de sus vecinos. Repartiendo bolsones de comida. Conteniendo. Contra prejuicios y omisiones oficiales, los referentes tan vilipendiados por la mirada pública son los rubrican con el cuerpo su compromiso y ponen en juego hasta su propia vida.
Las partidas de defunción habrán hecho referencia al coronavirus. Pero habrán omitido alusión alguna al abandono por parte del gobierno de la Ciudad, distrito que es conducido hace 13 años por la misma fuerza política. La falta de vivienda digna sigue matando.
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