26 de julio 2024 - 11:25

¿Cómo se asiste a una persona alcoholizada?

El alcoholizado pierde calor, el frío no lo despierta, sino que agrava su sintomatología. Hay que hidratarlo si se encuentra consciente, fomentar la hidratación con agua y, en caso de que se desencadene el vómito, ayudarlo con su correcta expulsión.

La mejor manera de prevenir es educar y la mejor manera de educar es con el ejemplo.
La mejor manera de prevenir es educar y la mejor manera de educar es con el ejemplo.
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Los alcoholizados se mueren por hipotermia o hipoglucemia. En el imaginario colectivo, las “opciones” de ayuda y tratamiento son bastante diversas.

Nunca colocar en agua fría o dejar a la intemperie a la persona alcoholizada. El alcoholizado pierde calor, el frío no lo despierta, sino que agrava su sintomatología.

Si bien durante muchos años, incluso en las guardias, se indicaban ampollas de cafeína, se ha demostrado que esto puede provocar una convulsión. Además, en caso de un sensorio alterado (bajo nivel de conciencia) puede provocar una aspiración y que el contenido de esta infusión caliente se vaya al pulmón, en vez de al estómago.

Si el nivel de conciencia es bajo, se puede provocar una asfixia o neumonía por aspiración de su propio vomito. Esta medida, aunque cuestionable, solo es útil si el nivel de conciencia es adecuado y la ingesta de alcohol es reciente. Además, puede generar daños en la mucosa del tubo digestivo.

En cambio, sí hay que hidratarlo si se encuentra consciente, fomentar la hidratación con agua y, en caso de que se desencadene el vómito, ayudarlo con su correcta expulsión.

Colocar al paciente en posición lateral de seguridad. Para esto, hay que acostarlo boca arriba, levantar el brazo izquierdo por encima de su cabeza y llevar el talón derecho hacia su nalga. Luego, su mano derecha por detrás de su cuello, como si quisiera rascarse la espalda y, por último, girarlo en bloque hacia el lado izquierdo.

El paciente debe quedar recostado con la cabeza de costado porque, en caso de vomitar, no afectaría la vía aérea.

Controlar su respiración y su frecuencia cardíaca. Con buena suerte, en 6 a 8 horas, el efecto del alcohol habrá desaparecido.

Abrigarlo con una manta, campera o cualquier cosa que tenga a su alcance y sirve para tal efecto. Hay que recordar que estas personas pierden calor y la intención es que no se disipe tanto.

La conocida “resaca”, que consiste en nauseas, obnubilación y cefalea, es secundaria al efecto tóxico del alcohol en sangre, principalmente, por deshidratación a nivel cerebral.

Como todos los órganos, el cerebro crece y se desarrolla a lo largo del tiempo. Hay áreas que cumplen funciones básicas (respirar, mantenerse de pie o dormir) y otras más complejas, con funciones elaboradas, por ejemplo, generar ideas, controlar impulsos primitivos (sexo, comida, otros) y hablar. Las sustancias psicoactivas y el alcohol producen afección en esas áreas y modificaciones estructurales que llevan a daños irreparables en muchos casos. Además, el órgano experimenta un fenómeno de neuro plasticidad, es decir, se adapta al accionar de la sustancia y modifica su estructura real. Éste es uno de los mecanismos de la adicción y, de hecho, más del 50% de las personas adictas en el mundo empezó su consumo durante la niñez y adolescencia. Como si fuera poco, el adolescente tiene regiones cerebrales, como las del área frontal -que controla los impulsos-, inmaduras, por eso, y por otros fenómenos psicosociales cree ser indestructible y cae en actitudes temerarias y riesgosas que dan lugar a accidentes.

¿Qué hacer frente a alguien que ha consumido más de la cuenta? Lo primero es no confrontar. Un actitud paternalista o autoritaria para alguien que está bajo los efectos del alcohol o alguna sustancia psicoactiva es contraproducente. Además, si tiene un consumo problemático, confrontarla va a producir un alejamiento y dificultará el abordaje posterior.

En cambio, sí ofrecer comida e hidratación durante el consumo. Es recomendable que por cada vaso de alcohol se beban dos de agua.

Desaconsejar un consumo veloz: hacerlo de manera pausada y recordar que la mayor concentración en sangre es a los 40 minutos luego de su ingesta.

Hablar con acompañantes suele ser un abordaje eficiente y suficiente para reforzar y concientizar a su grupo de contención.

La mejor manera de prevenir es educar y la mejor manera de educar es con el ejemplo.

Médico toxicólogo, director de Toxicología Hoy.

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