El café que conquista los paladares porteños

Martinelli invita a dejarse transportar y deleitarse con sus creaciones artesanales de panadería, pastelería y gelato 100% italiano, elaboradas con productos orgánicos, importados y de calidad.

Martinelli propone un viaje a las distintas regiones de Italia sin salir de la ciudad, a través de sus creaciones elaboradas en el día, con ingredientes de primera calidad y pensadas para disfrutar del desayuno, la merienda, el almuerzo o un contundente brunch. En sus cinco locales, Carlo Contini, socio y gastrónomo italiano que cuenta con una amplia trayectoria en el rubro a nivel nacional e internacional, homenajea y replica las recetas de su país natal.

Para que este viaje gastronómico sea auténtico, la carta cambia con cada estación. Lo que no varía es el alto nivel de las preparaciones de bollería de distintas regiones de Italia, elaboradas con ingredientes de máxima calidad, como huevos agroecológicos, harinas nacionales orgánicas, manteca de primera e ingredientes importados como el chocolate, cacao, Nutella y los pistachos. Todo ello se conjuga en cada uno de sus locales para que el comensal se sienta en Italia, pero con el toque porteño que lo distingue.

Lo ideal es empezar por la sección de pasticceria, que seduce en primer lugar con la torta Barozzi, postre tradicional de la ciudad de Vignola en la región de Emilia-Romaña, a base de chocolate, café y almendras; los cannoncini, que se pueden pedir con distintos rellenos, como pistacho, Nutella, pastelera o dulce de leche; la zepolla Di San Giuseppe, tradicional de la región de Campania, un dulce frito en forma de rosquilla que se puede pedir relleno de crema pastelera y almendras picadas, o de crema de pistacho y pistachos picados. Y no puede faltar la parada en los cannoli, un clásico de la región de Sicilia, que consiste en un tubo frito crocante relleno de crema de ricota, que tiene su versión clásica con chips de chocolate, naranjas y cacao, pero otra opción es pedirlo con crema de pistacho, pastelera, Nutella, y hasta una versión de tiramisú.

Los amantes de lo salado también pueden sentirse en el país europeo gracias a la piadina Romagnola, un tipo de pan plano que se originó en la región de Emilia-Romaña, y en Martinelli se puede pedir relleno de jamón crudo, fior di latte, rúcula y tomate casero, o relleno de jamón natural, fior di latte, tomate, lechuga y mayonesa. La focaccia, por otro lado, se distingue por ser muy crocante por fuera, suave por dentro, y se puede elegir en su versión Di Parma –con jamón crudo, fior di latte y alcauciles–, Romana –con porchetta y pasta de tomates–, Vegana –con brócolis asados, humus y rúcula– o la Di Tonno –con atún, tomate, aceitunas y mayonesa–.

En este viaje de sabores que propone Martinelli, en su carta no podía faltar el gelato, y acá lo preparan con una receta tradicional italiana que se diferencia por contener menos grasa e incorporar menos aire, lo que genera un producto mucho más suave y cremoso. La carta exhibe más de 24 sabores, con opciones sin TACC y algunas veganas. Se pueden pedir en conos o copas de distintos tamaños y el detalle distintivo es que son servidos en forma de flor. Los favoritos son los de pistacho, Nutella, frutos patagónicos, coco con dulce de leche, sambayón y el de lima, naranja y menta.

Para acompañar cada una de estas preparaciones, hay café de especialidad italiano, con las alternativas clásicas como espresso, macchiato, americano descafeinado o capuccino. Pero también ofrecen affogati, un espresso que se vierte directamente sobre una bocha de helado, derritiéndolo un poco y creando una combinación perfecta de sabores. Los affogati favoritos son el siciliano –café expresso con helado de pistacho, crema batida y pistachos picados–, y el Torinese –café expresso con helado de sabayón crema batida cacao y avellana–.

Direcciones: Conde 1001, Colegiales; Malabia 1779, Palermo; Leandro N. Alem 852 (Mercado de los Carruajes), Retiro; Av. Dr. Honorio Pueyrredón 874, Caballito; Iberá 2484, Nuñez.