En ocasiones, cuando se recibe un diagnóstico como el de osteoporosis, puede surgir un temor natural: el de moverse, ejercitarse o incluso caminar con normalidad. Muchas personas tienden a reducir su actividad física o evitar por completo el entrenamiento, pensando que cualquier esfuerzo podría derivar en una caída o una fractura.
El entrenamiento recomendado por expertos para quienes padecen de osteoporosis
Padecer de una enfermedad no tiene por qué significar la imposibilidad de hacer actividad física regular.
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El mejor entrenamiento para quienes padecen esta enfermedad.
Sin embargo, optar por la inactividad no es la respuesta más saludable. Por el contrario, mantener un estilo de vida activo, bajo supervisión y adaptado a las condiciones personales, resulta fundamental para preservar la salud de los huesos, mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y reducir el riesgo de fracturas.
Seguir entrenando es la mejor manera de combatir enfermedades degenerativas
Ejercicios para las personas con osteoporosis
Para quienes padecen osteoporosis, los especialistas proponen un plan de entrenamiento que combine distintos enfoques practicables y beneficiosos:
- Entrenamiento de fuerza: incorporar pesas ligeras, bandas de resistencia o el propio peso corporal permite fortalecer tanto los músculos como los huesos. La correcta técnica y el acompañamiento profesional son clave.
- Ejercicios aeróbicos con soporte de peso: actividades como caminar, bailar o subir escaleras ayudan a mantener la densidad ósea en zonas como las piernas, las caderas o la columna baja. En cambio, ejercicios sin carga de peso como nadar o andar en bicicleta, aunque saludables, no aportan por sí solos suficiente estímulo óseo.
- Flexibilidad y movilidad articular: estiramientos suaves después de un buen calentamiento contribuyen a que las articulaciones y músculos funcionen mejor. Se debe tener cuidado especial en evitar torsiones o inclinaciones excesivas de la columna.
- Ejercicios de equilibrio y estabilidad: movimientos tan simples como pararse sobre un pie o practicar técnicas como el tai-chi permiten mejorar la coordinación y reducir el riesgo de caídas, uno de los grandes peligros para quienes tienen osteoporosis.
El entrenamiento que hay que evitar
No todos los tipos de ejercicio son adecuados cuando hay osteopenia o pérdida ósea moderada/avanzada: se recomienda evitar movimientos bruscos o de alto impacto, como saltar o correr, así como torsiones profundas o flexiones exageradas de la columna. Deportes que implican giros rápidos, impactos repetidos o posturas vertebrales forzadas (por ejemplo ciertos golpes en tenis o golf, algunas posturas de yoga) pueden aumentar el riesgo de fractura si no se adaptan correctamente.
Con el enfoque adecuado y la supervisión pertinente, es posible entrenar de forma segura, fortalecer el cuerpo y cuidar los huesos sin tener que renunciar a una vida activa.
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