En las últimas décadas, la producción de materiales plásticos creció de manera abrumadora. Muchos de estos productos se fabrican para usarse una sola vez y después terminar directamente en basureros o en el mar, donde pueden tardar siglos en degradarse.
El secreto no está solo en reciclar: ¿Cómo reducir los plásticos que consumimos día a día?
Estas estrategias son perfectas para limitar los envases descartables que usas y cuidar el ambiente con hábitos que son amigables con el medio ambiente.
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Reciclar no es la única alternativa para cuidar el ambiente.
El hecho de que día a día se usen cientos de botellas, envoltorios y utensilios descartables alimenta un sistema que genera millones de toneladas de desechos por año. Por eso, cambiar los hábitos y elegir alternativas reutilizables ayuda a disminuir esa carga ambiental y a mejorar la calidad de vida.
Las alternativas al reciclaje para reducir el consumo de plásticos
Eliminar o reemplazar productos de un solo uso es una de las medidas más efectivas para bajar la cantidad de residuos. Las botellas descartables pueden sustituirse por recipientes de vidrio o acero que resisten mucho más tiempo y además evitan la compra constante de envases nuevos.
Ya para el lado de la cocina, los tuppers plásticos se pueden cambiar por frascos o contenedores de cristal. Estos no liberan sustancias a los alimentos, duran años y facilitan el almacenamiento sin generar más basura. Si nos vamos a los cepillos de dientes tradicionales, ahí hay otro foco de desechos. Los fabricados en bambú o madera son biodegradables y cumplen la misma función. También los sorbetes y mezcladores de bebidas pueden desaparecer del día a día reemplazándolos por opciones de metal o directamente evitando su uso.
La compra consciente también influye. Preferir envases retornables reduce la cantidad de empaques. Elegir proveedores locales te permite además acceder a mercadería fresca con menos envoltorios. Ya en cosmética y cuidado personal, revisar los ingredientes ayuda a evitar microplásticos. Existen versiones naturales, sin envases plásticos y con ingredientes biodegradables que cumplen exactamente la misma función.
Por todo esto es que cada botella evitada, cada sorbete rechazado y cada envase retornado son pasos para reducir la cantidad de desechos y construir un estilo de vida más sustentable.
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