2008: Por primera vez Bush dio fecha de salida de Irak
Ya no quedan dudas de que Estados Unidos está a punto de producir un cambio mayúsculo de su política exterior. Al ser consultado sobre lo recomendado por la comisión Baker respecto de replegar las fuerzas en 2008, el presidente George Bush no negó esa posibilidad y reiteró su posición de que las tropas estadounidenses regresen a casa lo antes posible, siempre y cuando lo permita la situación militar.
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En otra frase destacada, el presidente estadounidense admitió que «las cosas van mal en Irak» y en que «necesitamos un nuevo enfoque». Precisamente por ello, dijo, le encargó al Pentágono que haga su propio análisis sobre la guerra y los posibles pasos a seguir, algo que también efectúan el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional.
Una vez que cuente con los resultados de todos esos análisis los estudiará, junto con las recomendaciones de la comisión bipartidaria liderada por el ex secretario de Estado James Baker, tomará las decisiones que considere oportunas y -según ha dado a entender- las anunciará en un discurso.
Pese a su proclamación de un «nuevo enfoque», Bush y Blair sugirieron que no seguirán al pie de la letra las 79 recomendaciones de la comisión encabezada por Baker y el ex congresista demócrata Lee Hamilton.
Los dos aliados coinciden en que el informe de dicha comisión marca «un camino importante hacia adelante», pero, tal y como aclaró Bush, «no creo que Jim Baker y Lee Hamilton esperen que aceptemos todas sus recomendaciones».
El mandatario dio a entender que está totalmente de acuerdo con una de ellas, la que plantea que resolver el conflicto iraquí está vinculado a una solución de la crisis árabe-israelí. Sin embargo, hay otra que no parece dispuesto a aceptar, tal y como dijo en innumerables ocasiones: la que propone abrir un diálogo directo con países de la región, como Irán y Siria, para involucrarlos en una salida a la ola de violencia en el país árabe.
«Si Siria e Irán no están comprometidos con el éxito en Irak, no deben molestarse ni en presentarse» a un eventual proceso de negociaciones, dijo Bush. Además, señaló, «los países que participen en esas conversaciones no deben financiar el terrorismo, deben ayudar a una joven democracia a sobrevivir».
El gobernante británico, quien siempre defendió la implicación de otros países en la búsqueda de soluciones para Irak, reconoció que Irán plantea problemas porque «ha estado armando, apoyando y financiando el terrorismo».
Ambos coinciden también en que el gobierno iraquí, liderado por el primer ministro Nuri al-Maliki, debe seguir contando con todo el apoyo posible para poder lograr su objetivo de dirigir un país democrático, que pueda defenderse y que sea un aliado fuerte contra el terror.
El informe Baker provocó inquietud en el gobierno iraquí,que teme quedar librado a su suerte con una salida precipitada de los 140.000 soldados de EE.UU. y de los 7.500 de Gran Bretaña.
Según Blair, «ahora es importante que nos concentremos en los elementos que hay que cambiar para garantizar el éxito (en Irak) porque las consecuencias de un fracaso son graves». Los dos pusieron de manifiesto que el éxito en el conflicto iraquí depende del logrado en una batalla mucho más amplia, la de los moderados y los defensores de la libertad contra los extremistas y los partidarios del sectarismo en todo Medio Oriente.
La mayoría de los senadores demócratas y republicanos respaldaron ayer el informe elaborado por el Grupo de Estudio sobre Irak, salvo excepciones como las del republicano John McCain y, con matices, la del demócrata Joseph Lieberman.
«Creo que la receta presentada nos llevará a nuestra derrota en Irak tarde o temprano», dijo McCain.
En tanto, su compañera de partido Susan Collins y el demócrata Lieberman se mostraron escépticos respecto de que sea «realista pensar que Irán quiera ayudar a EE.UU. a tener éxito con Irak».
A este respecto, Baker reconoció que era improbable que los iraníes cooperen para resolver el conflicto y reveló que durante sus entrevistas para elaborar el estudio, un alto funcionario de Bagdad ya le adelantó que Irán no tenía la intención de cooperar.
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