23 de enero 2007 - 00:00

A lo Chávez, Evo anunció reestatización en Bolivia

Evo Morales, ayer ante el Congreso. Dijo que la revoluciónque pretende aplicar en Bolivia deberá plasmarse en unanueva Constitución.
Evo Morales, ayer ante el Congreso. Dijo que la revolución que pretende aplicar en Bolivia deberá plasmarse en una nueva Constitución.
La Paz (AFP, EFE, Reuters, ANSA) - El presidente Evo Morales advirtió ayer que reestatizará las empresas públicas privatizadas en la década del 90 si en sus administraciones se detectan malos manejos o incumplimiento de las cláusulas estipuladas en los contratos de concesión.

Durante un maratónico informe de cuatro horas y media al Congreso al cumplir su primer año en el poder, advirtió que «si encontramos que las empresas ( privatizadas) que no cumplen con las empresas bolivianas, con los contratos de capitalización, esas empresas volverán a manos del Estado boliviano».

Morales, que nacionalizó hace ocho meses el gas y el petróleo, la más importante riqueza del país que entre 1996 y 2005 explotaron diez multinacionales petroleras, dijo que su gobierno iniciará investigaciones de oficio ante simple denuncia.

«Si encontramos ilegalidades en inversiones, se hará investigación», por parte del Estado, anunció.

El ex presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada privatizó entre 1993 y 1997, durante su primera administración, la mayor parte de las empresas públicas bolivianas, abarcando distintos sectores, desde los hidrocarburos y la energía, a las telecomunicaciones, el agua, la electricidad y los ferrocarriles.

La italiana Telecom gerencia desde 1996 la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, mientras que las tres generadoras de energía aún continúan en manos de empresas estadounidenses. La chilena Cruz Blanca compró los ferrocarriles.

  • Fundición

    Morales, que también se propone nacionalizar este año la minería, anunció la «recuperación» de la fundición de Vinto, en el departamento andino de Oruro (Sur), en manos de la empresa Sinchi Wayra, filial de la compañía suiza Glencore. Según el mandatario socialista, Vinto -que pertenecía a Sánchez de Lozada-fue vendida de modo fraudulento «a precio irrisorio» en 1996.

    En su informe Morales enumeró los que considera logros de su gestión y destacó su política de control estatal de los recursos naturales y el «triunfo» que supuso la nacionalización petrolera. Por otra parte, anunció que este año pretende iniciar relaciones diplomáticas o comerciales con Irán, Libia, Sudáfrica e India, porque su gobierno práctica una política de «diálogo cultural».

    Ante el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, que asistió al acto, Morales defendió su decisión de exigir visado a ciudadanos de ese país como una medida recíproca con el trato que da a los bolivianos, aunque afirmó que no se trata de un acto «de venganza».

    El extenso informe, cortado con frecuencia por aplausos de sus partidarios, fue tan largo que incluso Morales sorprendió durmiendo al jefe de los diputados oficialistas, Gustavo Torrico, y al diputado cocalero David Herrada.

    Morales cumplió su primer año con un respaldo popular de 59%, tres puntos menos que en diciembre pasado, según una encuesta publicada ayer. Esto contrasta con 77% que registraba hace un año, lo que se explica por la pérdida de apoyo entre la clase media. El primer presidente indígena de Bolivia llegó al poder con 53,7% de respaldo en las urnas.

    También se refirió a la empantanada Asamblea Constituyente, que -dijo-debe refrendar los cambios económicos y políticos en curso. La Asamblea, instalada en agosto de 2006 pero todavía sin resultados a causa de disputas políticas, debido a la insistencia del gobierno de imponer su proyecto por mayoría simple de los votos, contra lo que indica la ley, que exige dos tercios.

    El líder indígena, quien llegó a la presidencia el 22 de enero de 2006, pareció admitir que la visión indigenista dominante en su gobierno no fue suficiente para construir un nuevo Estado. «Somos diversos y cuando hay diversidad hay diferencias y éstas deben ser debatidas por los constituyentes», dijo.

    Al cierre de esta edición, el mandatario socialista comenzaba a presentar su informe también a las organizaciones sociales, en el marco de una fiesta popular que congregó a sus simpatizantes en la Plaza de los Héroes, a seis cuadras del edificio del Congreso.
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