Apertura y seguridad, las cartas de Uribe
-
España: escándalo de corrupción, prostitución y actrices porno pone en jaque al gobierno de Pedro Sánchez
-
León XIV expresó su alarma por el conflicto en Medio Oriente y pidió un esfuerzo global por la paz

El presidente
colombiano,
Alvaro Uribe,
es uno de los
más firmes
aliados de
Estados
Unidos en
Sudamérica.
Pese a eso,
ha logrado
mantener
relaciones
razonables
con el
venezolano
Hugo Chávez.
Sobre los acuerdos con las organizaciones paramilitares ilegales de ultraderecha prácticamente ejecutados, se mantiene aún la incertidumbre sobre el futuro que seguirán muchos de los cerca de 32.000 combatientesque se desmovilizaron. Incertidumbre que pesa también sobre la capacidad del Estado para llevar a buen término ese proceso y la eficacia que tendrá la Ley de Justicia y Paz para garantizar los derechos de las víctimas a la justicia, la verdad y la reparación.
La suerte de millares de secuestrados por las guerrillas izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) es también incierta, pese a los esfuerzos de varios países para hallar una salida humanitaria a ese grave asunto, sobre el que han pasado varios gobiernos.
El crecimiento de la economía es ahora de 5,13%, tras superar la grave crisis de fines del siglo pasado; el desempleo cayó a 13%, aunque con un empleo en extremo precario de 31%, y la inflación está por debajo de 5% interanual. Este año termina el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para sanear las finanzas públicas y garantizar el pago de su deuda.
Fueron varias las reformas tributarias y reestructuraciones en el Estado, que implicaron el despido de millares de trabajadores estatales y de privatizaciones en los últimos cuatro años, para cumplir con el FMI.
Por primera vez el país supo lo que era una revaluación del peso y sus efectos -buenos y malos- sobre la economía, una situación desconocida por las últimas generaciones, para las que la devaluación de la moneda local era habitual. La apreciación de la moneda sirvió para obligar al aparato productivo a volverse mucho más eficiente y dejar de depender, únicamente, de los mayores pesos que, año a año, por muchas décadas, le reportaba la devaluación a quienes exportaban, o protegía el mercado a quienes sólo producían para el consumo local.
El Tratado de Libre Comercio (TLC), que terminó de negociarse con EE.UU. a comienzos de este año, fue quizá el principal blanco de las críticas al gobierno, críticas por los supuestos efectos adversos sobre el empleo y la producción nacional.
Dejá tu comentario