31 de marzo 2006 - 00:00

Aval judicial a la reforma laboral. Chirac define hoy

El presidente de Francia, Jacques Chirac, se encuentra en una encrucijada. La salud económica del país y la suerte de su delfín, el premier Dominique de Villepin, requieren la ratificación de la reforma laboral. Pero la violencia acecha.
El presidente de Francia, Jacques Chirac, se encuentra en una encrucijada. La salud económica del país y la suerte de su delfín, el premier Dominique de Villepin, requieren la ratificación de la reforma laboral. Pero la violencia acecha.
París (AFP, EFE, Reuters, ANSA) - El Consejo Constitucional francés dio ayer su visto bueno al polémico contrato laboral para jóvenes y se espera de manera inminente que el presidente, Jacques Chirac, promulgue la ley pese a las fuertes protestas que volvieron a provocar un caos en París y las principales ciudades, dejando un saldo de decenas de heridos.

En medio de una grave crisis social que amenaza con extenderse al terreno político, el Consejo Constitucional, guardián de la legislación y la Constitución en Francia, consideró válido el texto legal votado por el Parlamento el 9 de marzo, que instaura el Contrato Primer Empleo (CPE).

Los «diez moderados», como se los conoce, miembros del Consejo, juzgaron que la ley sobre «igualdad de oportunidades» no contradice la Constitución, lo que abrió el camino a Chirac para su promulgación.

  • Advertencia

  • Inmediatamente después del pronunciamiento de este alto órgano, el jefe del Partido Socialista (PS), François Hollande, advirtió a Chirac que una promulgación conduciría a Francia «hacia una prueba de fuerza» con amplios sectores sindicales y de estudiantes que se oponen a la ley.

    Anoche 12 sindicatos de distintos sectores, incluidos los estudiantes, advirtieron al presidente sobre las « consecuencias explosivas» de la eventual promulgación. Francia se encuentra sumida desde hace dos meses en un sinfín de manifestaciones teñidas de violencia en rechazo de la iniciativa, lo que ha derivado incluso en claras señalesde crisis política. La mira se centra a partir de ahora en Chirac, que hará un esperado anuncio público en televisión hoy a las 20.00, hora local.

    Fuentes próximas al gobierno francés afirman que el jefe de Estado tiene decidido promulgar la ley y confirmar así su firme apoyo al primer ministro, Dominique de Villepin, impulsor del polémico contrato y quien decidió no ceder a la presión de la calle.

    Chirac podría también reenviar el texto al Parlamento. Se espera, de todos modos, que ofrezca abrir inmediatamente negociaciones con las organizaciones sociales.

  • Condiciones

    Los sindicatos y estudiantes exigen el retiro del CPE como condición previa para negociar con el gobierno y piden a Chirac que asuma el papel de moderador ante la intransigencia de De Villepin, incluso que ejerza sus prerrogativas para una segunda deliberación en el Parlamento.

    Según afirmó ayer la prensa-local, el primer ministro amenazó con dimitir si el presidente no promulga sin rodeos la ley que instaura el CPE.

    De Villepin, considerado un delfín de Chirac de cara a las elecciones presidenciales de 2007, se mantuvo inflexible respecto del controvertido contrato, una postura distinta de la de su colega de gabinete, ministro del Interior y presidente del partido en el poder UMP, Nicolas Sarkozy.

    Posible rival de De Villepin en las elecciones, Sarkozy no descartó la posibilidad de suspender la medida para dar lugar a negociaciones de fondo.

    Durante toda la jornada de ayer, estudiantes universitarios y de secundaria que se oponen a la reforma laboral de De Villepin -que autoriza la contratación de menores de 26 años sin derecho a indemnización por despido durante 24 meses- mantuvieron la presión sobre el gobierno con cortes de calles, carreteras y ocupación de establecimientos educativos a pocos días de otra jornada de protesta, anunciada para el 4 de abril.

    Bloqueos en los accesos de autopistas y cierres de puentes provocaron decenas de kilómetros de embotellamientos y caos en la capital del país y las principales ciudades. También varias estaciones de tren, especialmente en Marsella (Sur) y en París, fueron tomadas por estudiantes.
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