San Pablo - “La economía brasileña la decide el ministro Paulo Guedes”, dijo ayer el presidente Jair Bolsonaro para despejar los rumores de disensos también con el titular de esa cartera y gran garante del Gobierno ante el mercado financiero. De ese modo, respaldó la postura del funcionario, opuesta a la del ala militar del oficialismo, de sostener las políticas de austeridad fiscal y limitar el gasto público de emergencia en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Bolsonaro se apoya en el mercado y avala el ajuste de Guedes ante la presión militar
El presidente de Brasil toma partido en un momento de debilidad. Limita así las presiones en pos de un mayor gasto público durante la pandemia. Peligro de impeachment.
-
Empeora la salud de Bolsonaro: presentó un "deterioro clínico" tras su última operación intestinal
-
Con Mark Carney a la cabeza, el Partido Liberal de Canadá volvió a ganar las elecciones

Tras las palabras del mandatario, la Bolsa de San Pablo recuperaba casi 4% del 5,45% que había perdido el viernes, en medio de la conmoción por la renuncia de otro peso pesado del gabinete, el extitular de Justicia Sergio Moro, y cuando arreciaban también las versiones sobre Guedes.
Bolsonaro habló en esos términos en una conferencia de prensa convocada en el palacio de la Alvorada en Brasilia, la residencia oficial.
“Acabo de tener una reunión sobre temas económicos. Solo hay una persona que decide la economía de Brasil y esa persona es Paulo Guedes. Él nos indica la ruta y nosotros seguimos sus recomendaciones”, agregó Bolsonaro, quien, a diferencia de lo hecho con Moro y antes con el extitular de Salud, Luiz Henrique Mandetta (ver nota aparte), pareció darle al economista plena autonomía.
También participaron en la reunión la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, el titular de Infraestructura, Tarcisio de Freitas, y el presidente del Banco Central, Roberto Campos Netto.
Pese a las explicaciones del presidente, la tensa salida de Moro y sus denuncias posteriores profundizaron la crisis política que vive el país y que se profundizó con la explosión de la pandemia de Covid-19 y la posición de Bolsonaro de tratarla como “una gripecita”, pese a que ya hay más 63.000 infectados y 4.200 muertos. Por eso, Bolsonaro decidió ayer hacer una muestra de fortaleza política al mostrar a su gabinete unido y respaldar a uno de sus férreos aliados, Guedes, y su política económica liberal, frente a otra interna que existe con el ala militar del gobierno.
“No seremos Argentina ni Venezuela, estamos en otro camino, el camino de la prosperidad, no en el camino de la desesperación”, prometió Guedes, durante la reunión.
Además de mostrarse fuerte, Bolsonaro también buscó dar un fuerte respaldo al ultraliberal Guedes frente a los sectores militares que presionan para que el Estado tenga un rol más protagónico en la economía. En concreto, el presidente respaldó al ministro frente al plan de obra pública con mayor intervención estatal diseñado por el ala militar, comandada por el general Walter Braga Netto, jefe de gabinete desde febrero. “Guedes es el que decide en la economía”, dijo el presidente.
Vigorizado, Guedes replicó a los militares que buscaban reactivar la obra pública sin su aval.
“Más intervención fue corrupción en el pasado. Este plan de obra pública será hecho dentro de los programas nuestros de recuperación fiscal”, advirtió, dejando claro que él dictará el rumbo de la política económica del país.
Y paso seguido, explicó la posición del Gobierno en medio de la pandemia y de la crisis sanitaria y económica que vive el país y el mundo entero: “Los empleados públicos no tendrán aumento de salario ni paritarias por un año y medio. No pueden tener la heladera llena estando en casas por la pandemia y no querer ayudar al resto de Brasil que está sufriendo con el comercio cerrado”.
Bolsonaro actúa bajo fuerte presión, ya que la salida de Moro puso en evidencia una fuerte puja por el control de la Policía Federal y de las investigaciones que el anterior titular de esta llevaba adelante sobre miembros del entorno del presidente, incluidos miembros de su propia familia.
En ese sentido, el sindicato de la Policía Nacional le exigió ayer públicamente que garantice “la total autonomía” de su futuro director.
La Asociación Nacional de Delegados de la Policía Federal (ADPF) hizo este pedido poco común tras la polémica dimisión de Moro, en desacuerdo con la destitución del ahora exjefe de esa fuerza, Mauricio Valeixo, uno de sus hombres de confianza.
Las presiones de Bolsonaro sobre Moro por el control de la Policía han generado una severa crisis política y crecientes versiones sobre un posible juicio político contra el mandatario.
Moro renunció el viernes pasado a su cargo en desacuerdo con el desplazamiento de Valeixo dispuesto por Bolsonaro y, en una conferencia de prensa, denunció que, con esa decisión el mandatario procuraba evitar que la Policía Federal avanzara en la investigación de causas que involucran a los hijos del presidente.
En respuesta a estas acusaciones, que pueden ser fundamento para un impeachment en su contra, Bolsonaro aseguró que Moro habría estado de acuerdo con sustituir a Valeixo, siempre y cuando se hubiese concretado “después de noviembre” y cuando él fuese nombrado miembro del Supremo Tribunal Federal (STF). Bolsonaro, además, dijo que quería que Moro proporcionara informes diarios sobre las actividades de la Policía Federal para “poder decidir bien el futuro de la nación”.
Dejá tu comentario