17 de octubre 2019 - 00:01

Brexit: el Reino Unido y la UE buscan hoy un agónico acuerdo

Si las últimas gestiones tienen éxito, podría anunciarse en la cumbre de líderes comunitarios. Sin embargo, Boris Johnson teme que las concesiones que está haciendo en Bruselas traben otra vez el tratamiento del complejo tema en el Parlamento.

Sorna. Un mural muestra Boris Johnson y su dilema sobre el brexit en una vivienda de Londres.
Sorna. Un mural muestra Boris Johnson y su dilema sobre el brexit en una vivienda de Londres.
Reuters

Bruselas - El Reino Unido y la Unión Europea se acercaron ayer a un acuerdo de última hora sobre el brexit, pero el primer ministro Boris Johnson todavía tiene que trabajar a nivel doméstico para asegurar que el fracturado Parlamento apruebe el nuevo plan y así evitar una salida desordenada del bloque, principal temor de la comunidad de negocios británica. En medio de negociaciones frenéticas, una fuente oficial del número 10 de Downing Street aclaró que el entendimiento no sería anunciado anoche, lo que concentraba la expectativa en lo que pueda ocurrir hoy en una cumbre de la UE a la que incluso podría acudir el premier.

“Los fundamentos básicos del acuerdo están listos y teóricamente podríamos aceptar un trato”, dijo ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien presidirá hoy y mañana la cumbre de líderes de la UE.

Sin embargo, Tusk afirmó en comentarios transmitidos por la cadena polaca TVN 24 que “han aparecido ciertas dudas del lado británico”, en una referencia a la necesidad de Johnson de ganarse a los diregentes políticos que temen que haya concedido demasiado a Bruselas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que “quiero creer que un acuerdo está siendo finalizado y que podremos respaldarlo”, afirmó Macron en una conferencia de prensa junto a la canciller alemana, Angela Merkel, en Toulouse. Esta, en tanto, dijo creer un poco más que antes que era posible alcanzar un tratado para el brexit.

Los líderes de la UE podrían firmar un acuerdo en su cumbre, pero cualquier aprobación estaría supeditada que la Cámara de los Comunes británica haga lo propio en una sesión especial el sábado. Una breve demora en la salida británica del bloque, programada para el 31 de octubre, podría producirse para pulir los detalles.

Si Johnson no puede establecer los términos de la salida británica de la UE, o no logra que se ratifique un acuerdo en la Cámara de los Comunes, seguramente tendrá que buscar una extensión mayor de la fecha del divorcio más de tres años después de que el país votó en un referendo para abandonar el bloque.

Después de otro día de conversaciones técnicas en Bruselas, los funcionarios de la UE aseguraron que se había llegado a un acuerdo sobre temas aduaneros con Irlanda del Norte y sobre “igualdad de condiciones” sobre normas laborales y ambientales en las que la UE había insistido para garantizar una competencia justa bajo un nuevo acuerdo comercial tras el brexit. Pero aunque las diferencias sobre el divorcio de la quinta mayor economía de su mayor bloque comercial se había resuelto casi por completo, para sellar un acuerdo aún se necesitaba un “respaldo general del Gobierno británico”, dijo un diplomático de la UE.

El importante obstáculo que le quedaba en frente a Johnson parecían ser las objeciones de un pequeño partido político de Irlanda del Norte, cuyos votos debe asegurar para que cualquier pacto pueda ser ratificado en el parlamento.

El punto de conflicto de las largas conversaciones con Bruselas sobre el brexit, que ya ha sido retrasado en dos ocasiones, fue la frontera entre Irlanda, miembro de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte.

El enigma de Londres fue cómo evitar que la frontera se convirtiera en una puerta trasera hacia el mercado único de la UE sin determinar controles que pudieran minar el acuerdo de paz de 1998 que terminó con décadas de conflictos en la provincia.

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