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Hugo Chávez
El Consejo de Administración también incluye a representantes de distintas carteras: Ciencia y Tecnología, Energía y Petróleo, Industrias Ligeras y Comercio, Finanzas y el que más suspicacias ha levantado: el de Defensa.
Euclides Campos Aponte, un comandante del Regimiento de Comunicaciones del Ejército, consta como director y, como suplente, aparece Henry Rangel Silva, que es el titular de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP).
Paralelamente, el Ministerio de Telecomunicaciones está trabajando en un cable submarino de fibra óptica de 1.552 kilómetros de longitud que unirá a Cuba y Venezuela. La capacidad de ambos países con esta conexión (de 160 Gbits por segundo) se multiplicaría por 10. El cable enlazará La Guaira, en el norte de Venezuela, y Siboney, en la oriental provincia de Santiago de Cuba. La construcción está en manos de una empresa mixta entre la estatal Telecom Venezuela y la industria cubana Transbit.
Distintos analistas han criticado esta infraestructura, cuya finalidad y beneficio para los venezolanos son un misterio. El titular de la cartera de Telecomunicaciones explicó que la fibra óptica «servirá para abaratar los costos de las llamadas entre Cuba y Venezuela, y abrirá un mundo de posibilidades en el intercambio de información y contenido entre los dos países». Cuba, por su parte, dice que le permitirá abaratar y mejorar su acceso a Internet, actualmente «víctima del bloqueo».
El semanario «Veneconomía» advertía en su último editorial sobre la posibilidad de utilizar a CANTV como arma de censura en Internet o para escuchar las conversaciones privadas de la gente. Sin embargo, tampoco es nada nuevo que este gobierno «pinche conversaciones telefónicas o correos electrónicos privados», puntualiza la publicación. Durante las últimas semanas, la cadena estatal Venezolana de Televisión (VTV) emitió conversaciones privadas entre dirigentes opositores para denunciar la puesta en marcha de un «golpe suave» o una «revolución de colores» al estilo de Ucrania o Georgia.
Durante el discurso de inauguración de la nueva CANTV, ahora con la promesa de convertirse en una «empresa socialista», Hugo Chávez echó mano del populismo y redujo el precio de las llamadas de la telefonía fija y móvil en 20%. También aprobó un plan para las zonas más deprimidas, que se pondrá en marcha en 2008, con tarifas reducidas y facturas exoneradas del IVA. El Estado venezolano se hizo con 86,21% de las acciones de la CANTV tras cerrar con éxito, el pasado 8 de mayo, una OPA, que supuso el desembolso de 1.300 millones de dólares. El principal competidor de la estatal CANTV es Telefónica, que está presente en Venezuela por medio de la compañía Telcel.
Por último, el control de CANTV por parte del gobierno oscurece más las condiciones electorales en Venezuela. La compañía de telecomunicaciones es la encargada de suministrar los datos del voto electrónico a la sede del árbitro electoral, aspecto para tener en cuenta en los próximos comicios.
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