Un mar de pañuelos rojos recibió con aire festivo el lanzamiento desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona del cohete anunciador que da inicio a las fiestas de San Fermín, nueve días de espectáculos taurinos, música, bebida y comida.
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Las tradicionales celebraciones en Pamplona, ubicada en el norte de España, son disfrutadas por igual por españoles y extranjeros procedentes del otro lado del mundo.
Este año el honor de encender la mecha del cohete, cuyo sonido se asemeja al despegue de un avión a reacción, fue para la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, ante una Plaza Consistorial con unas 12.500 personas -según el Ayuntamiento-, que gritaron el habitual "¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!".
Tras la inauguración, miles de asistentes se anudaron al cuello el pañuelo rojo, la prenda por antonomasia.
Hoy por la mañana se celebrará el primero de los tradicionales encierros, acto central y el momento más internacional de los Sanfermines, en los que los que cientos de mozos de todo el mundo corren delante de los toros por las calles de la capital navarra.
La retransmisión en directo de la carrera por televisión acentuó su leyenda y trajo consigo una peligrosa masificación.
Está prohibida la participación de menores de edad o de personas bajo los efectos del alcohol durante este arriesgado evento, en el que falleció el año pasado un joven madrileño por una cornada en el cuello.
Los encierros se celebrarán todas las mañanas hasta el 14 de julio, cuando se celebre el octavo y último día de fiestas. Entre encierro y encierro, los asistentes dispondrán de conciertos, espectáculos y verbenas para honrar al patrón de la ciudad.
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