Efeso, Turquía (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El papa Benedicto XVI, acostumbrado a grandes ceremonias multitudinarias durante sus viajes, celebró ayer una misa de carácter íntimo ante un grupo de unas 200 personas en el santuario mariano de Efeso, en el segundo día de su visita a Turquía.
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Se esperaban unas 1.000 personas en el pequeño santuario, pero al final sólo un par de centenares procedentes de varias ciudades del país acudieron a la colina del Bulbul Dag.
El lugar se encuentra junto a la casa donde la tradición cristiana dice que vivió y murió la Virgen María y que cada año atrae a tres millones de peregrinos, la mayoría musulmanes. El de ayer fue el primer encuentro del Papa con la comunidad católica turca, unos 30.000 fieles.
Durante la misa se volvió a lanzar la necesidad de diálogo entre religiones y de la paz en el mundo, y se pidió por «los musulmanes que veneran a María» y por «los responsables de las naciones y las organismos internacionales».
Luego el Papa viajó a Estambul, la escala más delicada de su visita a Turquía, para fomentar el acercamiento con los ortodoxos. A su llegada al aeropuerto de la capital, Benedicto fue recibido por su anfitrión Bartolomeo I, patriarca ecuménico de Constantinopla y autoridad suprema de las iglesias griegas ortodoxas, así como por el patriarca armenio Mesrob II.
Reconciliación
Los diversos actos previstos en este viaje con los ortodoxos responden, en gran medida, a la voluntad del Sumo Pontífice de reconciliar durante su pontificado a dos Iglesias separadas desde el cisma de 1054.
«Debemos tomar en consideración las etapas recorridas, así como los errores cometidos en el camino» para alcanzar la reconciliación, declaró Bartolomeo I, en un acto de oración que celebró con el Papa en la iglesia patriarcal de San Jorge.
Durante los acontecimientos, el Papa fue protegido por un imponente dispositivo de seguridad de más de 12.000 miembros, entre policías, artificieros, francotiradores e incluso perros rastreadores, que aumentó el caos en el tráfico estambulita.
Tras la polémica desatada a raíz de sus comentarios sobre la relación del islam y la violencia en setiembre, mitigada en parte el martes por el talante apaciguador de sus intervenciones y las de las autoridades turcas, la cabeza de la Iglesia Católica acudirá hoy al museo de Santa Sofía, una ex basílica bizantina que también fue mezquita. Esta visita, seguida de otra a la Mezquita Azul, genera incertidumbre en torno a sus consecuencias, ya que tanto puede unir lazos con el islam como ser fuente de nuevas tensiones.
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