El Papa Benedicto XVI rindió hoy homenaje en Turín al Santo Sudario y comparó los sufrimientos que revela el lienzo que, según la tradición católica, envolvió el cuerpo de Jesucristo, con los de tantas familias de hoy, de los desocupados, de los pobres y de los inmigrantes.
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En una misa celebrada en la plaza San Carlos de la capital piamontesa ante 50 mil fieles, el Pontífice exhortó también a los políticos a buscar siempre el bien común, incluso entre las dificultades.
El Papa también habló de "divisiones, rencores y resentimientos" que afligen a la Iglesia y a la sociedad, a pesar del precepto de Jesús de amarse, como él amó a sus discípulos.
Al terminar la misa, durante la oración del Regina Coeli, Benedicto XVI invocó a la Virgen para que vele por la comunidad eclesiástica y sus pastores.
Joseph Ratzinger llegó a Turín a primera hora de la mañana, fue recibido por las autoridades locales y luego atravesó la ciudad en el papamóvil hasta llegar a la plaza San Carlos.
El Pontífice, tras la misa, almorzó en el arzobispado y más tarde se trasladará a la Catedral para orar frente al Santo Sudario y entre los enfermos de un Cotolengo.
El Santo Sudario o Sábana Santa ("Síndone"), custodiado en la Catedral de Turín, se puede contemplar hasta el 23 de mayo, tras una década desde su última exposición pública, durante el Jubileo del año 2000.
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