12 de noviembre 2019 - 10:17

El PSOE y Podemos alcanzaron un acuerdo para gobernar España, con Iglesias como vice

El acuerdo fue alcanzado después de las elecciones del pasado domingo, ganadas por el socialismo sin mayoría absoluta.

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El Partido Socialista (PSOE) y la fuerza de izquierda Unidas Podemos (UP) sellaron un acuerdo para formar un gobierno de coalición progresista en España, el primero desde el transición democrática, tras una negociación exprés que, bajo el shock del avance de la ultraderecha, logró lo que hace seis meses fue imposible.

Para que el nuevo Ejecutivo vea la luz, no obstante, será necesario convencer a los independentistas catalanes para que se abstengan, en un escenario muy complejo por la escalada del conflicto de secesión, ya que ni el conservador Partido Popular (PP) ni Ciudadanos están dispuestos a facilitar la reelección de Sánchez.

A menos de 48 horas de la repetición de las elecciones generales, el presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de UP, Pablo Iglesias, se fundieron en un emotivo abrazo en el Congreso de los Diputados español, donde anunciaron -y firmaron- su histórico pacto, que llegó de forma sorpresiva.

La demostración de cariño a iniciativa de Iglesias, a quien Sánchez le ofreció la vicepresidente del gobierno de España, borró de un plumazo los viejos rencores, las acusaciones mutuas y la desconfianza que marcaron la relación entre el PSOE y UP en los últimos meses, como si nunca hubiesen existido.

Sin embargo, hizo falta que los españoles votaran por segunda vez en un año -lo hicieron el 28 de abril y el 10 de noviembre- y que el partido ultraderechista Vox escalara a una amenazante tercera posición para que las dos principales fuerzas progresistas de España superaran sus diferencias y se pusieran de acuerdo.

"Es tiempo de dejar atrás cualquier reproche y trabajar codo con codo en la tarea histórica e ilusionante que tenemos por delante", dijo Iglesias al presentar junto a Sánchez el preacuerdo entre PSOE y UP.

Ambas fuerzas progresistas perdieron terreno en las elecciones del domingo, que ganó el PSOE, en detrimento del avance de conservadores y ultraderechistas.

El futuro gobierno trabajará "por el diálogo para afrontar la crisis territorial y por la justicia social como la mejor vacuna frente a la extrema derecha", subrayó el líder de UP, que se dejó cinco escaños.

"Este proyecto político es tan ilusionante y esperanzador que supera cualquier desencuentro", apuntó Sánchez, quien luego de perder 3 diputados con la repetición electoral dijo que ambos eran "conscientes de la decepción que supuso para los votantes progresistas" que no hayan podido alcanzar un acuerdo tras los comicios de abril.

El líder socialista vaticinó que "este gobierno va a ser rotundamente progresista, por sus integrantes y por su trabajo". "Lo único que no cabrá será el odio y la confrontación entre españoles", sentenció.

De momento, PSOE y UP pactaron un programa básico con diez líneas principales de acción, que destacan la mejora del empleo; la protección de la sanidad, la educación y las pensiones; garantizar el derecho a la vivienda; la lucha contra el cambio climático, la igualdad de la mujer y la ampliación de los derechos sociales.

En cuanto al conflicto secesionista catalán, afirman que tienen como "prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política" fomentando el diálogo y "buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución".

Todavía no se sabe cómo será la estructura del próximo Ejecutivo, salvo que Iglesias ocupará unas de las vicepresidencias, algo que parecía impensable después de que tras los comicios de abril Sánchez lo vetara.

"Este es un acuerdo para cuatro años, de legislatura, y nace con el propósito de abrirse a otras fuerzas parlamentarias que permita no solo la investidura sino una legislatura", explicó el líder socialista, quien apeló a la "generosidad y responsabilidad" de todas las fuerzas políticas para que España tenga un "gobierno ya".

PSOE y UP no alcanzan una mayoría, por lo que tendrán que buscar el respaldo de otras fuerzas políticas para en primer lugar superar la votación de investidura, algo que pretenden hacer sin los secesionistas.

Cuentan de antemano con la disposición de los progresistas de Más País, los nacionalistas vascos del PNV y otros partidos regionales minoritarios, y miraban con buenos ojos a los liberales de Ciudadanos, endebles tras el paso por las urnas y la renuncia de su ya ex líder, Albert Rivera.

Pero las primeras noticias no son buenas: "Ciudadanos no puede apoyar que Sánchez y Podemos lleven las riendas del Gobierno de España. Es nefasto y contrario a los intereses de la mayoría de españoles", se adelantó el partido liberal en un comunicado.

"Sánchez cierra la puerta, con estruendo, a cualquier colaboración con el PP", apuntó por su parte Pablo Casado, líder del PP, que rechaza abstenerse.

De no cambiar estas posiciones, la única salida es lograr la abstención de los independentistas de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), que esperan un llamado para "hablar de todo, sin ninguna renuncia".

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