18 de octubre 2006 - 00:00

Evo dice que quieren matarlo

París (AFP, EFE) - El presidente boliviano, Evo Morales, denunció una «conspiración» contra su persona y su gobierno, que emana de la oposición de derecha, goza del visto bueno de Estados Unidos y planea incluso su asesinato.

En una entrevista que publicó ayer el vespertino «Le Monde», Morales acusó a la derecha boliviana de lanzar una «ofensiva» que tiene por fin «intentar hacer fracasar las nacionalizaciones» de los recursos naturales y «los trabajos de la Asamblea Constituyente».

«Asistimos a una confrontación ideológica y de programa con los sectores conservadores. La derecha quiere recuperar el poder e impedir otras victorias de la izquierda, por ejemplo en Ecuador», denunció el mandatario.

Morales, que asumió la Presidencia el pasado enero, aseguró que la policía le había avisado de que un grupo de «20 ex militares llegaron de Santa Cruz con el objetivo de asesinarlo».

«He tenido que usar un chaleco antibalas. Con o sin Evo Morales, el cambio no parará», lanzó.

El presidente acusó a la Embajada de Estados Unidos en La Paz de formar parte de este complot, algo que según él no alterará «la paciencia de Bolivia de mantener relaciones diplomáticas y comerciales» con Washington.

Entrevistando a otros políticos bolivianos, «Le Monde» se pregunta si en lugar de una «conspiración» no será una «gran decepción» lo que está afectando al gobierno de Morales, cuya elección multiplicó las expectativas de cambio entre la población.   

  • «Liberación»

    Entre rumores de golpe de Estado y masivas protestas de mineros y transportistas, Morales, que vive por primera vez desde su llegada al poder una gran inestabilidad, aseguró que los países de América latina están liberándose democráticamente» y librándose de «la sumisión a Estados Unidos» y al «modelo neoliberal».

    Después de que 16 mineros murieran a principios de mes en Huanuni, Morales aseguró que el sector ha quedado atrapado en las garras de grandes y medianas empresas.

    «A veces, los mineros no tienen derecho ni a pertenecer a un sindicato. Ahora que tenemos un gobierno popular, la resistencia no viene del sindicato sino del sector oligárquico», criticó.   

  • «Opresión»

    Al mismo tiempo, el presidente recordó que él mismo había sido «víctima de la represión» y garantizó que su gobierno no quiere usar la fuerza.

    «Pero algunos movimientos sociales no son instrumentos de liberación sino factores de opresión. En lugar de contribuir a la emancipación del pueblo, perpetúan el sistema del imperio (estadounidense)», denunció Morales, muy cercano al presidente venezolano Hugo Chávez.

    Por otra parte, el mandatario boliviano se felicitó porque «por primera vez desde hace mucho tiempo», su país terminará el año con un excedente presupuestario de 1,5% gracias a la inyección financiera que supuso para el Estado la nacionalización de hidrocarburos, decretada por su gobierno el 1 de mayo último.
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