23 de enero 2006 - 00:00

Evo Morales anunció al asumir la nacionalización de recursos

Si alguien esperaba que las primeras definiciones de Evo Morales comenzaran a despejar las dudas que rodean a su gobierno, seguramente quedó frustrado. Tras jurar como presidente de Bolivia con los ojos llenos de lágrimas y el puño izquierdo en alto, lanzó ayer ante el Congreso el que será el principal objetivo de su administración: nacionalizar el gas y el petróleo. Sigue sin conocerse cómo será este proceso. Una de las posibilidades sería que el Estado declare de modo nominal su propiedad sobre los recursos naturales y luego invite a las compañías a transformar los actuales contratos de explotación en unos nuevos de asociación con la refundada compañía pública YPFB. Pero allí podría darse una pelea por el reparto del negocio. Cabe recordar que fuentes cercanas a Morales sugirieron que el Estado debería quedarse con entre 70% y 80% contra 50% actual. En un discurso por momentos duro y por momentos cargado de bromas, también se declaró deseoso de lograr un acuerdo sobre el gas con la Argentina y pidió a Néstor Kirchner, Lula da Silva y Hugo Chávez que no dejen a su país fuera de la integración energética que pergeñan. Las ansias fundacionales de Evo Morales pueden tropezar con una serie de obstáculos. Más allá de esta lucha de intereses con las petroleras y sus Estados nacionales, un punto crucial será el vínculo con EE.UU., que circulará sobre un estrecho desfiladero entre la decisión de Morales de no restringir los cultivos de coca y el peligro de que Washington lo enfrente y termine arrojándolo en brazos de Hugo Chávez y de Fidel Castro.

Evo Morales, tras asumir como presidente.
Evo Morales, tras asumir como presidente.
La Paz (AFP, Reuters, EFE, ANSA, Telam, SNI) - Con lágrimas en los ojos y el puño izquierdo en alto, Evo Morales juró ayer como presidente de Bolivia por los próximos cinco años. Tras ese acto pleno de expectativas e interrogantes, dirigió un encendido discurso ante el Congreso, en el que enfatizó que «todos los recursos naturales deben pasar a manos del Estado boliviano».

Es «un desafío, un deseo, una propuesta» y una obligación « industrializar todos nuestros recursos naturales para salir de la pobreza», afirmó al referirse específicamente al gas y al petróleo. «Deben pasar al pueblo boliviano», insistió.

El nuevo gobierno debe ahorarenegociar los contratos con las principales operadoras, entre ellas Repsol-YPF, Total, British Gas y Petrobras, pero no están claros los términos de esas tratativas.

En declaraciones al diario chileno «El Mercurio» publicadas ayer, el mandatario de origen aimara había ampliado que « vamos a nacionalizar y vamos a recuperar el derecho de propiedad». «Ningún contrato es constitucional (al no haber pasado por el Congreso), y no es posible que inconstitucionalmente ellos se hayan adueñado de nuestros recursos naturales. Además de eso, algunas de esas empresas son contrabandistas, no cumplen con las leyes bolivianas ni pagan impuestos», agregó.

• Largo discurso

Morales, de 46 años, pronunció tras la jura un largo discurso ante el Congreso en el que anunció «cero corrupción» y se comprometió a seguir fielmente el precepto de sus ancestros de «no robar, no mentir y no ser flojo».

Se refirió en detalle a la exclusión de los indígenas de su país: «Con orgullo he visto a muchos hermanos y hermanas cantando en la Plaza de Murillo (frente al palacio presidencial), cuando hace 50 años no teníamos derecho de estar allí», dijo.

En su alocución ante once presidentes extranjeros y 157 diputados y senadores, Morales abordó también el tema que más preocupa a Estados Unidos:
«No habrá coca cero, pero sí narcotráfico cero». Pero advirtió al país del norte que «no utilice la cocaína como excusa para someter a otros pueblos». También reclamó una «condonación total» de la deuda externa, a la que prometió no desconocer.

En otra parte de su mensaje, cuestionó al modelo económico de libre mercado que entró en vigencia en Bolivia en 1985, al señalar que «en vez de capitalizar ha descapitalizado al Estado». «Hay que buscar mecanismos para reparar el saqueo de 500 años de nuestros recursos naturales», dijo.

Aunque su discurso, con citas en quechua y aimara, tuvo un tono de dureza, con abundantes condenas a la conducta de los legisladores en el pasado, insistió en que los dirigentes de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), «no somos rencorosos».

Además de
Néstor Kirchner, Lula da Silva, Hugo Chávez y Ricardo Lagos, entre otros mandatarios sudamericanos, también estuvo presente en el acto el secretario adjunto para Asuntos Latinoamericanos estadounidense, Tom Shannon. Morales resaltó el respaldo que tendrá su flamante gobierno al expresar que «empezando por el gobierno de Estados Unidos y acabando en el gobierno de Fidel Castro, tenemos apoyo internacional».

• Sin corbata

A las 14.10, el líder aimara había recibido el mando presidencial dejado por el ex presidente interino, Eduardo Rodríguez-Veltzé. El cocalero portabaun bonito saco ornamentadocon un motivo indígena en alpaca, y no lució corbata. El vicepresidente Alvaro García Linera le tomó juramento con la fórmula «por Dios, por la creencia o confesión que profesa y la memoria de nuestros héroes» y le impuso la banda presidencial. Con lágrimas en sus ojos, juró con el puño izquierdo en alto y la mano derecha sobre el corazón.

En su primer párrafo, Morales pidió un minuto de silencio por sus antepasados, caudillos indígenas, dirigentes sociales y los «millones de seres humanos que han caído en toda América». Entonces, afirmó: «Estamos acá para cambiar nuestra historia, esta injusticia, esta desigualdad. Este movimiento indígena originario no es concesión de nadie, ni nadie nos ha regalado, es la conciencia de mi pueblo, de nuestro pueblo».

En las afueras del Congreso, decenas de miles de bolivianos, buena parte indígenas campesinos, vitorearon con entusiasmo al nuevo presidente e hicieron sonar sus «pututus», los cuernos vacunos que los nativos usan en sus ceremonias rituales.

Muchos de ellos portaban banderas «wiphala», que representan a las 37 etnias que pueblan el país.


Al caer la tarde, Morales se dirigió a Plaza San Francisco, epicentro de las decenas de protestas sociales que vivió La Paz en los últimos años. Como fue tradicional en las asambleas, Morales fue nombrando o pasando la palabra a diferentes líderes indígenas u otras personalidades. Evo aludió allí a Gonzalo Sánchez de Lozada, el ex presidente a quien acusa de ser responsable de las 69 muertes de setiembre y octubre de 2002. Reclamó su extradición desde EE.UU.

• Residencia compartida

También envió un saludo especial al «abuelo Fidel ( Castro)». Contó por su parte que vivirá en la residencia presidencial, pero junto al vicepresidente García Linera y los titulares del Senado y Diputados. Es «para trabajar juntos las 24 horas», dijo en medio de las risas de sus simpatizantes.

Morales llega al Palacio Quemado con 74% de popularidad entre los 9,3 millones de bolivianos, dos tercios de ellos indígenas y un porcentaje similar, pobres. El MAS ganó las presidenciales del 18 de diciembre con 54% de los votos.

El sábado, en otro emotivo acto, Morales recibió los poderes espirituales y terrenales en un ritual que se celebró en Tiwanaku, un pueblo andino a 70 kilómetros de La Paz y cuna de una cultura milenaria preincaica. La nueva página institucional de la historia boliviana, para bien o para mal, comenzó a escribirse.

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