Irak: en venganza, chiitas incendian mezquitas sunitas
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La destrucción de la cúpula de este mausoleo en febrero de 2006 en un atentado imputado a Al-Qaeda provocó un estallido de violencia entre chiitas y sunitas.
Las calles de Bagdad estaban desiertas y sólo los vehículos de la policía y del ejército iraquí circulaban por los puentes que unen las dos orillas del Tigris, en el centro de la capital iraquí.
En abierto desafío al toque de queda, cientos de personas se manifestaron en el bastión chiita de Ciudad Sadr. «No, no a la ocupación», coreaban los manifestantes, la mayoría vestidos de negro, enarbolando banderas iraquíes y carteles que pedían unidad y el fin del sectarismo.
Manifestaciones de fieles al líder radical chiita Moqtada al-Sadr también tuvieron lugar en Kut (175 km al sur de Bagdad) y en Amara (365 km al sur de Bagdad). Las calles en Samarra se encontraban desiertas y francotiradores de la policía se hallaban apostados cerca del mausoleo, en el marco del toque de queda.
Atento a lo que se juega, y en medio de las noticias de represalias, en un posible rebrote de la violencia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó ayer a los iraquíes a rechazar la provocación que representó el atentado en Samarra.
Ante la Asociación de Constructores de Washington, Bush destacó que el «acto de crueldad que tuvo lugar (el miércoles) muestra cómo son los terroristas: enemigos de todo iraquí que pretende vivir en paz».
«Estos asesinos esperan que sus ataques provoquen suficiente confusión como para que abandonemos esta joven democracia», algo que Estados Unidos no va a hacer, señaló.
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