29 de diciembre 2004 - 00:00

La catástrofe en Asia

Los muertos llegan ya a 60.000 y se teme más. Advierten que epidemias duplicarían esa cifra. Hallaron ya a 21 argentinos. Buscan a otros 29. Preparan mayor paquete de ayuda de la historia. Daños económicos serían de u$s 13.500 millones. El sismo modificó la inclinación de la tierra.

Una mujer india muestra su desesperación al hallarse el cadáver de un familiar.
Una mujer india muestra su desesperación al hallarse el cadáver de un familiar.
Jakarta y Colombo (ANSA, AFP, Reuters, EFE) --La cifra de muertos por el maremoto que devastó el domingo el sudeste de Asia se elevó ayer a casi 60.000, pero se teme que alcance finalmente a 100.000 cuando los socorristas lleguen a todas las zonas afectadas y se determine el destino que han corrido decenas de miles de personas que se reportan como desaparecidas.

Mientras en todo el mundo muchísima gente espera noticias de familiares que se vieron sorprendidos en el área por el fenómeno natural, la Organización Mundial de la Salud alertó que la irrupción de epidemias causadas por la acumulación de cuerpos en descomposición y por la destrucción y contaminación de las fuentes de agua potable podría provocar tantas víctimas como el propio sismo.

La contaminación del agua potable por la destrucción del sistema hídrico puede provocar epidemias devastadoras de cólera, tifus, hepatitis y leptopirosis, advirtieron especialistas sanitarios.

Un especialista de la OMS, David Nabarro, dijo en conferencia de prensa en Ginebra que para conjurar la catástrofe sanitaria que amenaza con duplicar el número de víctimas, es necesario llevar con urgencia medicinas y agua potable a los países más afectados.

«Existe ciertamente la posibilidad de que pueda producirse una cantidad importante de muertos por las enfermedades transmisibles similar a la provocada por el 'tsunami'»,
dijo Nabarro.

Según el director del centro para el control de las enfermedades del Ministerio de Salud de Italia, Donato Greco, «el peligro es que ahora se puedan desencadenar epidemias y el enemigo es una vez más el agua, que podría convertirse en vehículo de infecciones y epidemias. La primera emergencia por afrontar es la potabilidad del agua, no la sepultura de los cadáveres», sostuvo Greco.

Sri Lanka e Indonesia, que están entre los países más afectados, divulgaron ayer cifras de más de 20.000 muertos cada una, y dijeron que temían que aumentaría el número de víctimas fatales.

En tanto, la cifra de muertos en la India era de 11.500, incluidos 7.000 en el archipiélago Andaman y Nicobar. En una de las islas el oleaje causado por el terremoto submarino del domingo barrió a dos tercios de la población.

Con una magnitud de 9 grados en la escala de Richter (que va de 1 a 10), el terremoto del domingo fue el más grande en el mundo en 40 años. El movimiento telúrico que rasgó el fondo del mar en la isla indonesia de Sumatra provocó un «tsunami» que se desplazó a gran velocidad a través del mar de Andaman y azotó Sri Lanka, el sur de India, las islas Maldivas, Malasia, Myanmar y los balnearios de Tailandia, llenos de turistas que festejaban sus vacaciones de Navidad. La poderosa ola llegó hasta lugares tan remotos como el este de Africa, donde dejó 133 muertos en Kenya, las islas Seychelles, Somalia y Tanzania.

• Devastación

Las aldeas de pescadores, los puertos y los recursos marinos quedaron devastados. La energía y las comunicaciones siguen cortadas, y miles de casas y edificios fueron destruidos.

Fuentes de copañías aseguradoras estimaron que
los daños materiales podrían superar los u$s 13.500 millones.

«Hay un millón de personas desplazadas en Sri Lanka, otras 29.000 en Tailandia y unas 1.000 en India», declaró en Ginebra un portavoz de la Cruz Roja. En tanto, la cantidad de heridos superaba ayer largamente los 100.000.

En tanto, el número de turistas extranjeros que figuran entre las víctimas del cataclismo tampoco cesaba de aumentar. Sólo en Tailandia más de 700 extranjeros perecieron.

Entre los países occidentales los que lamentaban el mayor número de muertos eran Gran Bretaña (16), Italia (13), Noruega (13) y Estados Unidos (11), pero la gran inquietud viene sobre todo de Alemania y Suecia.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores,
Joschka Fischer, temía un número de muertos y heridos « sumamente grave», por lo menos 100, entre los 4.000 turistas alemanes que se encontraban en la región.

En Suecia, la Cancillería anunció que no había noticias de por lo menos 1.500 suecos y expresó abiertamente el temor de que un gran número de ellos haya muerto.

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