La premier islandesa, Johanna Siguröardóttir, y su compañera, Jónina Leosdóttir, contrajeron nupcias al entrar en vigencia en el país la ley que permite los matrimonios homosexuales.
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Según la televisión pública Ruv, la boda de Siguröardóttir no tuvo ninguna ceremonia particular, ya que sólo presentaron la demanda de transformar en matrimonio la unión civil que tenía desde hace tiempo con Leosdóttir.
La legalización del matrimonio homosexual aprobada por unanimidad por el parlamento islandés el 12 de junio prevé que las uniones civiles homosexuales se transformen en matrimonios con la simple presentación de una demanda.
Siguröardóttir, una ex azafata que llegó al poder en febrero de 2009, es considerada la personalidad política más querida de Islandia y el primer jefe de Estado declaradamente homosexual.
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