Al menos seis personas fueron hospitalizadas hoy y decenas tuvieron que ser atendidas cerca del Parlamento libanés, cuando la policía reprimió con bombas lacrimógenas y carros hidrantes a manifestantes que reclamaban en el primer aniversario de la explosión en el puerto de la capital libanesa.
Reprimen manifestaciones en Beirut a un año de la gran explosión que conmovió a todo Líbano
Los manifestantes gritaron consignas antigubernamentales y llamaron a la dimisión de los líderes políticos en este aniversario que se vive en medio de un caos político.
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Mientras miles de personas se concentraban cerca del puerto.
Los manifestantes gritaron consignas antigubernamentales y llamaron a la dimisión de los líderes políticos en este aniversario que se vive en medio de un caos político e ira popular ante la impunidad que rodea a esta explosión, el peor desastre que haya atravesado el país en tiempos de paz.
Mientras miles de personas se concentraban cerca del puerto, centenares se congregaron en las inmediaciones del Parlamento, cuya alambrada algunos trataron de cruzar.
Algunos manifestantes arrojaron piedras contra las fuerzas de seguridad, que respondieron con lacrimógenos y usando cañones de agua para dispersar la protesta.
Hubo agentes que golpearon a manifestantes con sus porras y la represión dejó decenas de heridos, seis de los cuales tuvieron que ser hospitalizados, informó la Cruz Roja local, citada por la agencia de noticias AFP.
A unos centenares de metros de allí, en paralelo, se celebraba una misa, cerca del puerto, en homenaje a las víctimas de la enorme explosión que arrasó barrios enteros de la capital libanesa el 4 de agosto de 2020.
Un año después, ningún responsable rindió cuentas.
Se abrió una investigación local, pero ésta todavía no condujo a ningún arresto importante ni tampoco apuntó hacia ningún eventual culpable, en tanto los políticos fueron acusados de obstruir la Justicia.
La explosión dejó 214 muertos y más de 6.500 heridos, y estuvo causada por centenares de toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenadas desde hacía años en un local en ruinas, "sin ninguna medida de protección", según reconoció el propio Gobierno.
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