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La gran ofensiva gubernamental colombiana formaba parte de la estrategia estadounidense denominada «Plan Laso» (Latin American Security Operation) contra los grupos insurgentes que nacían en ese entonces en gran parte de la región, según historiadores y analistas. Durante estos 43 años los rebeldes han realizado nueve conferencias nacionales, la última de ellas, según las autoridades, por Internet, en las cuales han delineado su línea política, su táctica de guerra y también su visión de la paz.
De ahí que en cuatro oportunidades hayan entablado negociaciones formales de paz con cuatro gobiernos: la primera en 1984 con el presidente Belisario Betancur (1982-1986), la segunda con Virgilio Barco (1986-1990), después con César Gaviria (1990-1994) y por último con Andrés Pastrana (1998-2002), todas ellas sin resultados.
El proceso de paz más esperanzador y criticado fue el entablado en enero de 1999 con Pastrana, que cedió a la guerrilla una zona desmilitarizada de poco más de 43.000 kilómetros cuadrados en el sur del país para las negociaciones, con centro en el municipio de San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá.
El 20 de febrero de 2002 el gobierno dio por terminada la llamada «zona de distensión» a raíz del secuestro del entonces senador Jorge Eduardo Gechem, y días después el ejército recuperó el control del área, con lo cual acabó ese proceso de paz.
En los últimos años esa guerrilla cambió su estrategia de toma armada de municipios por el secuestro masivos de políticos, militares y policías que pretende canjear por cerca de 500 guerrilleros presos en cárceles.
En el grupo de 56 rehenes que las FARC considera « canjeables» figuran la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que también tiene nacionalidad francesa, y tres estadounidenses.
También formaban parte del mismo los once diputados de la Asamblea Departamental del Valle del Cauca que, según anunció ayer la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), afín a las FARC, murieron el pasado 18 de junio bajo «fuego cruzado» en un enfrentamiento con un grupo «no identificado».
Desde que el presidente colombiano, Alvaro Uribe, llegó al poder, el 7 de agosto de 2002, y prometió combatir a las FARC con «toda decisión», los rebeldes han regresado a sus inicios de una guerra de guerrillas que mantiene en vilo al país.
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