Masivo rechazo en España a la reforma laboral
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Debido a la afluencia de manifestantes, la cabecera de la macha de la capital, en la que se encontraban el líder de CC.OO, Ignacio Fernández Toxo, y su par de UGT, Cándido Méndez, tardó dos horas en avanzar desde la plaza de Neptuno, lugar de la convocatoria, hasta la Puerta del Sol.
La asistencia en Madrid y Barcelona fue comparada por los sindicatos y algunos participantes veteranos con la manifestación de la huelga general de 1988.
Se trata del primer conflicto entre el gobierno y los sindicatos por la reforma laboral aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy, quien además de abaratar y facilitar el despido también abre la puerta a una rebaja masiva de sueldos de forma unilateral en las empresas.
La respuesta ciudadana a la jornada de protesta, a la que también se unieron sindicatos minoritarios y el movimiento de los "indignados", con un "bloque crítico diferenciado", era para las centrales sindicales un termómetro de cara a la convocatoria de una huelga general, medida que se reservan como último recurso contra la reforma.
Antes de que se iniciara a la protesta, los sindicatos mayoritarios evitaron hacer referencias a la huelga y, en cambio, llamaron al gobierno a que abra "un proceso de negociación".
"Nos ofrecemos como cauce de diálogo para vehicular la protesta de forma democrática", dijo Méndez en conferencia de prensa junto a Toxo, quien, por su parte, advirtió que si "el gobierno no tiene en cuenta la protesta, será el responsable de lo que pueda pasar en la calle".
La reforma "no va a solucionar el problema del desempleo" agregó el dirigente de CC.OO, mientras su homólogo de UGT sostuvo que "si no se corrige "va a alterar el modelo de convivencia en las empresas".
Mientras miles de personas se movilizaban en toda España, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, afirmó al intervenir en el congreso nacional que clausuró su partido en Sevilla que "la reforma laboral es justa, buena y necesaria para España".
Asimismo, Rajoy advirtió a los sindicatos, sin mencionarlos, que "España dejará atrás a los que pongan obstáculos en el camino" y que los españoles "no van a entorpecer la tarea del gobierno".
La reforma laboral es rechazada por los sindicatos y por la mayor fuerza opositora, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que también participó hoy de la protesta, junto a las principales fuerzas de izquierda.
"El Partido Socialita está con los ciudadanos para decir no a una contrarreforma laboral, injusta, desequilibrada e ineficaz", y que "se hizo pensando solo en los empresarios", señaló la portavoz del PSOE en el Parlamento, Soraya Rodríguez, quien asistió a la marcha de Madrid, donde su presencia fue repudiada por algunos "indignados".
Otros de los dirigentes políticos que participaron de la manifestación, el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, aseguró que la reforma laboral de Rajoy es "el ataque más brutal a los derechos de los trabajadores en democracia".
Además del "No" a la reforma laboral, la protesta reunió a miles de ciudadanos que rechazan los recortes que se están aplicando los gobiernos regionales en educación y sanidad.
"Hace más de 40 años que no veía tanta gente luchando en la calle", aseguró a Télam Rafael Lucero, un ex trabajador de la industria textil de 72 años, que ha participado de numerosas e históricas manifestaciones en Barcelona, siempre con la bandera del Partido Comunista en sus manos.
"Tenemos muchos motivos para estar aquí, cada vez tenemos dinero, nos recortan el sueldo cada dos por tres, y esta reforma es una estafa, porque abarata el despido", explicó, por su parte, Francisco Conde, empleado público de 48 años, que protestaba junto a su familia, esposa y dos niños.
Con una pancarta en su mano en la que se podía leer "Gobierno, nos chupa la sangre", Carla Suárez, una joven estudiante de 17 años, explicó a Télam que participaba de las protestas porque "cuando sea mayor quiero tener un trabajo, y veo que hay que luchar por nuestros derechos".
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