18 de junio 2007 - 00:00

Nuevo gobierno para Cisjordania consagra el cisma palestino

El nuevo primer ministro palestino, Salam Fayad (derecha), extiende la mano al presidentemoderado Mahmud Abbas, ante los nuevos miembros del gabinete. Su autoridad, con todo,se limitará a Cisjordania. En Gaza manda Hamas.
El nuevo primer ministro palestino, Salam Fayad (derecha), extiende la mano al presidente moderado Mahmud Abbas, ante los nuevos miembros del gabinete. Su autoridad, con todo, se limitará a Cisjordania. En Gaza manda Hamas.
Ramala (EFE, AFP, ANSA, Reuters) - Un nuevo gobierno de emergencia, creado por decreto del presidente palestino, el moderado Mahmud Abbas (Abu Mazen), entró ayer en funciones con la pretensión de ejercer su autoridad sobre Cisjordania y Gaza, pero este último territorio sigue plenamente en mano de los islamistas de Hamas, por lo que, en la práctica, quedó consagrada la escisión por tiempo indefinido de la Autoridad Palestina.

Para Abbas, líder del partido nacionalista laico Al-Fatah -derrotado en Gaza por el terrorista Hamas- y hombre apoyado por Occidente e Israel, el nuevo gabinete de emergencia, que juró ayer en la sede cisjordana de la Presidencia -la Mukata de Ramala-, «es el único gobierno nacional palestino y no hay otro en Gaza».

Tras la jura del gabinete, el presidente de la Autoridad Palestina (AP) declaró ilegal al Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas).

Por su parte, el nuevo primer ministro, Salam Fayad, congeló las cuentas del anterior gobierno de unidad nacional, formado por Hamas y Al-Fatah, que protagonizaron en los últimos días una verdadera guerra civil en la Franja de Gaza.

En su primer discurso, sin embargo, Fayad -ex funcionario del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial- aseguró que «hará todo lo que pueda por asegurar las necesidades básicas» de la población de Gaza. «Están en nuestros corazones y nunca los dejaremos solos», dijo Fayad, a la distancia, a los palestinos de la Franja. El premier ejercerá también las carteras de Finanzas y Relaciones Exteriores.

No obstante estas declaraciones voluntaristas, el nuevo gobierno no tendrá autoridad sobre Gaza, tomada completamente por Hamas el jueves último.

El primer ministro supuestamente depuesto y líder de Hamas, Ismail Haniyeh, aseguró que
el gobierno que encabeza en Gaza sigue siendo legítimo, al tiempo que rechazó de plano la ilegalización de su partido por decreto presidencial.

«El gobierno de unidad nacional sostiene aquí que continuamos cumpliendo con nuestro deber según la ley», señaló el líder de Hamas en un comunicado.

Por su parte, Sami Abu Zuhri, portavoz del movimiento islamista en Gaza, describió el gobierno de emergencia constituido ayer en Cisjordania como «traidor a la patria e ilegítimo».

Para ganarse el favor de la UE, Haniyeh prometió interceder por la liberación del periodista de la BBC Alan Johnston, pero tras varias horas en las que se especuló con su pronta liberación, sus captores difundieron un video en el que niegan cualquier acuerdo y amenazan con degollarlo.

  • Objetivos

    En tanto, los primeros objetivos del nuevo gobierno de emergencia de Abbas serán restablecer la seguridad (de hecho, sólo podrá hacerlo en Cisjordania) y lograr el levantamiento del boicot impuesto por los principales donantes de la AP a los dos anteriores gabinetes con participación de Hamas.

    Ese boicot obedecía a la insistencia de Hamas en propugnar la destrucción de Israel, en no aceptar una solución negociada al conflicto palestino-israelí y en mantener su estrategia terrorista.

    El financiamiento para el nuevo gobierno seguramente será restablecido, ya que Abbas cuenta con el apoyo de Estados Unidos, de la Unión Europea (UE), de Israel, del Cuarteto para Medio Oriente (ONU, EE.UU., UE y Rusia) y de los países árabes. El premier israelí, Ehud Olmert, dijo ayer desde Washington, adonde viajó para mantener consultas con el presidente estadounidense, George W. Bush, que la constitución del nuevo gobierno abre «una oportunidad para la paz».

    Mientras, la Franja de Gaza se asoma ya a su futuro próximo, que estará dado por el ahogo económico.

    Israel suspendió ayer la provisión de gas y combustible, lo que ya comenzó a sentirse en algunas fábricas del empobrecido y superpoblado territorio.

    «Tenemos reservas sólo para tres días», rezaba ayer el cartel de una estación de servicio.

    Si el bloqueo a las importaciones persiste, la economía de 1,4 millón de palestinos quedará de rodillas, mientras las fábricas, como las del pan, cuentan sólo con energía a través de generadores, tras los combates que dañaron instalaciones. De los generadores depende también buena parte de las estructuras hospitalarias y ambulancias.

    Sin embargo, Olmert aseguró que no desea causar una crisis humanitaria en Gaza, por lo que se mantendrá la provisión de agua y energía eléctrica y las organizaciones internacionales garantizarán la ayuda alimentaria y médica a la población.

    Con respecto a una posible reunificación de la AP, no hay esperanzas por el momento. El negociador jefe palestino, Saeb Erakat, se preguntó y se respondió: «¿Creemos que tenemos el poder militar suficiente para recobrar Gaza? Creo que no, en este momento».

    Mientras, se sigue temiendo que se produzcan actos de represalia contra militantes de Hamas en Cisjordania, bastión de Al-Fatah. Un militante del movimiento islamista, Jamal al-Austa, de 45 años, murió anoche en Naplusa, norte de Cisjordania, tras recibir disparos a quemarropa de individuos enmascarados, informaron testigos.
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