Pese a la nube de cenizas, algunos países europeos reabren parcialmente su espacio aéreo
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Alemania reabrió parcialmente seis de sus aeropuertos internacionales, pero solamente por algunas horas. Los aeropuertos berlineses de Tegel y Schönefeld fueron los únicos en Alemania que vieron prolongada su apertura hasta la medianoche.
Luego, ambos cerrarán y al igual que las restantes terminales aéreas del país, permanecerán sin operar hasta las 14:00 de este lunes, según informaron las autoridades.
Entretanto, Francia prolongó el cierre de los aeropuertos en el norte del país, incluyendo París, por un día más, al menos hasta el martes a la mañana. Se intentará que gran parte del tránsito se desarrolle a través de las terminales del sur, señaló el primer ministro Francois Fillon, tras una sesión especial del gabinete.
Los aeropuertos de Marsella, Burdeos y más al sur fueron habilitados nuevamente para operar. A través de estos puntos se buscará operar vuelos de largo recorrido. Air France planea para este lunes siete vuelos intercontinentales. El servicio ferroviario SNCF tiene previsto implementar más servicios de trenes entre el sur de Francia y la capital.
Mientras, en Noruega las autoridades de aviación anunciaron una amplia reapertura de los aeropuertos para vuelos de pasajeros, incluyendo la terminal internacional de Oslo. Para tomar esta medida argumentaron que la nube de ceniza se ha retirado casi por completo de su espacio aéreo.
De todas maneras, aún no pueden aterrizar aeronaves en el aeropuerto de Oslo Gardermoen, sino que solamente se autorizaron los despegues. Para este lunes las autoridades estiman que el tránsito aéreo estará completamente normalizado.
En los aeródromos de Trondhoeim y Tromso, en Suecia, los aviones comenzaron ya a aterrizar y despegar en el área de Kiruna, en el norte. En tanto, en la vecina Dinamarca, las autoridades de vigilancia aérea prolongaron el cierre de todos los aeropuertos hasta el lunes a las 14:00.
Por su parte, los vuelos comerciales en Bulgaria y Holanda se encontraban bloqueados hasta este domingo por la tarde y noche. Asimismo Gran Bretaña, Suiza, el norte de Italia, Finlandia, República Checa, Austria y Hungría extendieron sus prohibiciones de vuelo hasta este lunes por la mañana.
Los meteorólogos y vulcanólogos en la capital de Islandia, Reikiavik, estiman que el volcán despedirá cenizas y gases "seguramente durante varios días, pero también quizás por semanas o meses".
Según dio a conocer el Ministerio de Defensa Civil en Reikiavik esta tarde, los vientos impulsan la nube a unos ocho kilómetros de altura hacia el continente europeo.
Desde el jueves, el día en el que empezó a restringirse el tráfico aéreo debido a la columna de ceniza procedente del volcán islandés, se han anulado ya unos 63.000 vuelos, según la autoridad de supervisión aérea Eurocontrol.
La Unión Europea (UE) convocó una reunión extraordinaria por videoconferencia para el lunes. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, decidió crear un grupo que estudie las consecuencias económicas de lo sucedido.
Centenares de miles de pasajeros han quedado varados en los aeropuertos y muchos han tenido que buscar alternativas como el tren, el autobús o el coche de alquiler.
Por su parte, las aerolíneas alemanas demandaron hoy más mediciones de la atmósfera, presionadas por las pérdidas millonarias que les ocasiona el cierre del espacio aéreo en casi toda Europa.
"En Alemania no se envió al cielo ni un globo meteorológico para medir si hay ceniza volcánica en el aire y cuánta hay", criticó el presidente de la segunda compañía aérea de Alemania, Air Berlin, Joachim Hunold, en declaraciones que difunde el dominical "Bild am Sonntag".
"El cierre del espacio aéreo se produjo exclusivamente en base a datos de una simulación computarizada en el Centro de Aviso de Cenizas Volcánicas de Londres", se quejó.
También la primera aerolínea germana, Lufthansa, exigió datos fiables de la concentración de ceniza volcánica en el espacio aéreo. "Hasta ahora no hay datos concretos sobre los efectos reales de la erupción volcánica", dijo en Fráncfort un portavoz de la línea aérea.
Según datos de la asociación de aeronavegación comercial IATA, el cierre del espacio aéreo europeo cuesta unos 150 millones de euros diarios.
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