27 de agosto 2014 - 00:32

Silva sorprendió en el primer debate contra candidatos en Brasil

El saludo de Rousseff y Silva. Observa Neves.
El saludo de Rousseff y Silva. Observa Neves.
La ecologista Marina Silva, que revolucionó la campaña electoral en Brasil al convertirse inesperadamente en candidata a la presidencia con chances de arrebatar el cargo a Dilma Rousseff, navegó con firmeza y comodidad aunque sin ideas concretas en su primer debate televisivo.

Dos nuevos sondeos dan a Marina Silva, de 56 años, como ganadora de las elecciones de octubre en una segunda vuelta contra Rousseff.

La última encuesta Ibope da a Silva como ganadora por 9 puntos (45% contra 36%), mientras el sondeo MDA confirma ese panorama pero con una distancia menor: la ecologista ganaría por 43,7% contra 37,8% para Rousseff.

En la primera vuelta, ambos sondeos señalan como ganadora por cinco puntos o más a la presidenta Rousseff, una exguerrillera de 66 años del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, en el poder hace 12 años), delante de Silva y del socialdemócrata Aecio Neves (PSDB).

Silva asumió la candidatura a la presidencia por el Partido Socialista (PSB) la semana pasada, tras la muerte en un accidente aéreo del presidenciable Eduardo Campos, su compañero de fórmula y que contaba apenas con 8% de la intención de voto.

La ecologista ya había sido candidata a la presidencia en 2010 con el Partido Verde, cuando sorprendió al conquistar casi 20% de los votos en la primera vuelta.

Aunque desde entonces quería volver a disputar la presidencia, no logró las firmas necesarias para registrar su partido Red Sustentabilidad en la justicia electoral, por lo cual decidió en 2013 acompañar a Campos, del PSB, como su candidata a vice.

En su primer debate de la campaña electoral celebrado entre los siete presidenciables en la noche del martes, Marina Silva se mostró firme y determinada, criticando con fuerza a Rousseff y Neves.

Rousseff lidera ajeno a los mayores problemas del país como la salud, la educación y la seguridad, y con "errores evidentes como la elevada inflación y el bajo crecimiento", afirmó Silva en el debate en la televisión Bandeirantes, que duró tres horas.

Pero también se mostró como la candidata conciliadora, destacando logros del PSDB y sobre todo del PT que integró en el pasado.

"Soy coherente con mi deseo de cambiar y tener una nueva política brasileña (...) que combata la vieja polarización que desde hace 20 años es un verdadero atraso para nuestro país", precisó no obstante la ecologista, a la conquista de votos de indecisos y críticos de la política tradicional, en referencia a los gobiernos del PT y del PSDB.

"Marina tiene una buena chance de ganar porque consigue algo propio de los brasileños: la idea de cordialidad (...) Además es mujer, negra, y con una historia interesante tras la muerte de Campos", dijo a la AFP el analista André Perfeito, de la consultora Gradual Investimentos.

Marina Silva prometió ser la primera presidente "pobre y negra" de Brasil, lo cual le ha valido que algunos analistas la llamen "Lula con faldas" al compararla con el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), un exobrero metalúrgico que también fue alfabetizado en la adolescencia.

Criada en una comunidad de recolectores de caucho en la Amazonia, aprendió a leer y escribir a los 16 años, pero terminó siendo electa senadora y luego fue ministra de Medio Ambiente del gobierno Lula.

"Marina fue buena en el debate. Sorprendió. Mostró una seguridad que no tenía antes, maduró. Pero aún hay incongruencias en sus propuestas que Dilma y Aecio van a aprovechar para derrumbarla", estimó el analista político André César, de la consultora Prospectiva.

Rousseff evitó confrontar directamente a Silva y disparó datos concretos sobre los logros de su gobierno tras las masivas manifestaciones de 2013, como el programa "Más Médicos" que amplió la cobertura médica a 50 millones de personas, o una nueva ley que destinará un 75% de las regalías del petróleo a la educación y un 25% a la salud.

"Hicimos mucho pero tenemos que hacer más", dijo Rousseff a la TV Bandeirantes justo antes de empezar el debate, en el cual mostró la carta de la experiencia.

Ambas rivales vestían de blanco, Rousseff más clásica con un collar de perlas, Marina Silva más étnica y moderna, con un collar de grandes piedras negras y lentes de armazón roja.

Neves, del PSDB, apoyado por una mayoría del sector empresarial e industrial, se concentró por su lado en atacar el débil desempeño económico del país en los últimos cuatro años, en momentos en que el mercado pronostica un crecimiento de apenas 0,7% en 2014.

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