Los restos del diputado sunita Walid Eido, opuesto a la influencia siria en el Líbano, fueron sepultados ayer al término de un funeral multitudinario en Beirut, durante el cual los manifestantes acusaron abiertamente del hecho a los servicios secretos de Damasco. A pesar del repudio sirio al asesinato, la multitud coreó: «Beirut quiere vengarse de Lahud y Bashar», en referencia al presidente libanés prosirio Emile Lahud, y su colega de Damasco, Bashar Al-Assad.
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