El gran evento gastronómico Bariloche a la Carta (BALC) ya se consolidó como uno de los encuentros más importantes del calendario local. En su 12.ª edición, del 6 al 13 de octubre, más de 40.000 personas disfrutaron de su feria gastronómica, con una enorme variedad de propuestas que incluyeron vinos patagónicos, ahumados, chocolates, trucha y productos orgánicos, entre muchísimos otros.
Bariloche a la Carta: ¿Qué impacto económico dejó el evento gastronómico más importante de la Patagonia?
Bariloche a la Carta es la cita gourmet más esperada del año. Su producción tiene un fuerte derrame en restaurantes, hoteles y actividades de la ciudad.
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BALC convocó a miles de personas que conocieron productores locales y disfrutaron de gastronomía premium en Bariloche.
Bariloche a la Carta es mucho más que una cita gourmet: se transformó en un símbolo de identidad barilochense. Cada año convoca a un público que espera con entusiasmo su llegada y el cual deja cifras contundentes. El evento, que duró una semana, generó un fuerte impacto en la economía local, dinamizando la actividad turística y gastronómica de la ciudad.
“Bariloche a la Carta colmó las expectativas que teníamos, por lo menos desde el sector hotelero y gastronómico, pero estoy convencido que también del sector turístico y comercial en general”, aseguró Martin Lago, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche (AEHGB). “Los números nos dan un resultado global en toda la ciudad de 64% de ocupación. Si tengo que hacer un doble clic en ese dato, en la zona centro de la ciudad tuvimos prácticamente un 75% de ocupación”, agregó Lago.
Según cifras de la AEHGB, la estadía promedio fue de 2,4 noches, con un gasto por turista de $139.000 por día. Restaurantes, cervecerías, bares y cafés se sumaron a la propuesta ofreciendo menús de primer nivel con importantes descuentos. También hubo pop ups de reconocidos chefs, degustaciones y precios especiales en hoteles, que acompañaron el espíritu festivo del evento.
Un motor económico para Bariloche
El evento gastronómico más importante de la Patagonia generó un derrame económico de casi u$s 2 millones entre la feria y los restaurantes. BALC no solo es una cita gourmet, sino también una estrategia de desarrollo turístico y de posicionamiento de la ciudad.
"Para nosotros, Bariloche a la Carta es una acción de comunicación orientada a un resultado. Es un evento 100% promocional. Es una inversión que hace Bariloche”, resumió Lucio Bellora, director del evento. Lo que nació hace diez años como una iniciativa para atraer turistas, hoy se transformó en un caso de estudio sobre cómo la gastronomía puede mover la aguja de la economía regional.
El presupuesto total del evento ronda los $400 a $500 millones, financiados en partes iguales entre el sector público y el privado. “Medimos todo: cuánto cuesta una historia de influencer, una nota en un diario nacional o en Brasil. Cuando calculamos el retorno, descubrimos que por cada peso invertido, recuperamos $3,7 en promoción. Es decir, un 370% de retorno”, explicó Bellora.
Pero el impacto más relevante se vio en las calles y restaurantes de Bariloche. “Una vez que recuperamos la inversión en promoción, el evento empezó a traccionar gente que viene específicamente a Bariloche a la Carta. Solo con el consumo en restaurantes y en la feria generamos un derrame económico de unos u$s 2 millones”, detalló.
El evento se realiza todos los años en octubre, aprovechando el fin de semana largo. En total, 85 restaurantes participaron del circuito, incrementando en total sus ventas en 20.000 cubiertos adicionales respecto de un fin de semana normal. Además, la feria reunió a 200 expositores y 1.200 trabajadores, y atrajo a 40.000 visitantes, mientras que otros miles de turistas recorrieron las distintas propuestas gastronómicas, como Cerveza Patagonia, Nené, Ánima, Auita y otra gran variedad de restaurantes locales que brillaron toda la semana.
En BALC también se compartieron secretos locales, como el del restaurante Quetro un local a puertas cerradas donde todo aquel que reserve tiene felicidad asegurada.
“Bariloche a la Carta le da un impulso enorme al consumo. No solo en gastronomía: también en alojamiento, transporte y excursiones. Solo con la ocupación y el circuito gastronómico recuperamos nueve pesos por cada peso invertido, sin contar el consumo indirecto”, señaló Bellora.
Un modelo que funciona
El éxito del evento también radica en su formato de gestión. BALC es el resultado de una asociación público-privada entre la Municipalidad de Bariloche, la Provincia de Río Negro, el EMPROTUR y la AEHGB, junto con empresas y marcas del sector.
“Encontramos un formato en el que el privado lleva adelante la acción, pero con una estrategia compartida y sostenida. Eso nos permitió desarrollar un plan a diez años”, explicó Bellora.
Durante la semana del evento, los restaurantes ofrecen menús con descuentos de hasta el 30%, combinados con beneficios bancarios, mientras que entre 30 y 40 hoteles aplican rebajas del 20 al 50%. “Es un combo completo: comés en lugares de primer nivel a mitad de precio, dormís con descuento y participás de catas y degustaciones gratuitas”, agregó.
El impacto de BALC es muy bien recibido por el gobierno provincial. “Bariloche a la Carta le hace paraguas a un montón de producciones, a un montón de productores grandes, chiquitos, con desarraigo, viviendo lejos. Es muy emocionante”, sentenció Carlos Banaclay, ministro de Desarrollo Económico y Productivo de Río Negro, quien celebró el impacto del evento en la ciudad.
Más allá de los números, Bariloche a la Carta consolidó una identidad gastronómica propia. “Primero mostramos Bariloche, después la Patagonia. Hoy lo que pasa en la gastronomía identitaria de Argentina empieza a pasar en Bariloche. Y eso es un logro enorme, porque generalmente todo converge hacia Buenos Aires”, destacó Bellora.
La curaduría del evento prioriza la autenticidad y el talento por encima de la fama. “Queremos cocineros que cocinen, no cocineros famosos”, afirmó. En esta edición, participaron chefs de todo el país y del exterior, generando redes de intercambio y promoción cruzada. Por nombrar solo algunos de los que estuvieron presentes en la feria o en los pop ups, se destacaron: Gastón Trama de Ruda, Gisela Medina de Cocineros del Iberá, Edgardo Kuda de Kuda Sushi, Alejandro Feraud de Aló´s Bistró y varios cocineros locales como Alejandro Klausen, hoy a cargo del restaurante del hotel Huinid Bustillo, Joaquin Facio, de Auita-La Cascada, Juan Carranza quien comanda la cocina de Cervecería Patagonia, lugar con impresionantes vistas.
Sabores patagónicos que sorprenden
La feria también se convirtió en una vidrierade la producción rionegrina con 60 productores locales que mostraron innovación y calidad. Entre los productos más curiosos se destacan la hidromiel del Bolsón, las trufas patagónicas, las sidras método champenoise, el aguardiente de pera, los aceites de oliva cultivados en Las Grutas, las almendras de Cipoletti, entre otros.
“Descubrimos una profundidad productiva en Río Negro que no estaba reflejada en nuestras mesas. Hoy esos productos están entrando en las cartas de los restaurantes y en las cocinas de los turistas que se los llevan a casa”, celebró Bellora.
“Logramos algo muy virtuoso: la inversión se multiplica en promoción, en ocupación, en consumo y en orgullo local. Bariloche a la Carta ya no es solo un evento: es una herramienta de desarrollo económico, cultural y turístico”, concluyó el organizador, quien ya está pensando en el BALC 2026.
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