Una calma inusual para la era libertaria. La gestión de Javier Milei entra en una fase de reacomodamiento para encarar la segunda fase de la gestión, que en lo formal comenzará el 10 de diciembre, con el recambio legislativo y a dos años de haber asumido la Presidencia.
Sin picos y sin euforia: el sistema político se reacomoda para la próxima etapa
Se abre un verano menos ecléctico que los meses pre y pos electorales. Así como el dólar y los mercados dejan los subibaja extremos y tienden a encontrar un cauce, la política tantea su propio equilibrio. Se define y entra a rodar el nuevo gabinete, se consolidan los colores de las fichas en el Congreso y los partidos discuten rumbos y liderazgos.
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Oficialismo y oposición se reacomodan tras el simbronazo de las elecciones de octubre.
Los picos pre y pos electorales empiezan a disiparse, y el resultado natural es una economía que busca su cauce, al igual que la política, donde Gobierno y oposición despejan dudas, alistan tropas y sopesan sus fuerzas reales.
Por empezar, Javier Milei terminó de delinear su gabinete este mismo sábado, con la confirmación de Alejandra Monteoliva al frente de Seguridad en reemplazo de Patricia Bullrich, quien se mudará al Senado. La designación era un rumor extendido, y es un ascenso para quien era hasta ahora la número dos de la cartera. Más sorpresiva fue la designación del teniente general Carlos Alberto Presti como ministro de Defensa, en lugar del mendocino Luis Petri, quien saltará a la Cámara de Diputados.
No lo esperaba siquiera el ámbito castrense: un golpe de efecto, ya que el actual Jefe del Ejército es el primer militar en ocupar ese cargo desde el retorno de la democracia. La presencia civil en el despacho del Edificio Libertador fue una constante desde 1983, un simbolismo que también llevaba a que ese sillón fuera ocupado de manera habitual por un radical en los gobiernos no peronistas. Milei, con Petri, había seguido esa tradición.
También ganaron rodaje los otros nuevos ministros del gobierno libertario. Pablo Quirno hizo los deberes de canciller en Sudáfrica, en la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo y no acompañó el documento final, alienado con los intereses de Estados Unidos. Mientras que Diego Santilli sigue su gira provincial y recaló en Santiago del Estero, donde abrió puentes con Gerardo Zamora, indescifrable siempre, y con el 100% de los legisladores provinciales bajo su órbita. Los gobernadores también empiezan a acomodarse en el tablero y serán clave en el nuevo Congreso, más polarizado que hasta acá.
La política, los mercados y los gobernadores entran simultáneamente en fase de reequilibrio. El dólar también busca su término justo. Ni la escalada imparable que siguió al 7 de septiembre y que obligó al salvataje de Donald Trump. Ni la caída en picada después de la victoria violeta del 26 de octubre. Por caso, el oficial anotó su primera suba semanal desde las elecciones, y se colocó en torno a los $1.425. No habrá libre flotación ni asoma una mayor flexibilidad para las empresas.
También el mercado dejó los bandazos del rojo furioso con bajas sin fondo y del verde de subas históricas. Como en el caso del dólar que tuvo los primeros sacudones post 26-O, el S&P Merval en dólares tocó mínimos de casi un mes al cierre de la semana y el riesgo país superó los 650 puntos básicos, tras un desplome que vino luego del triunfo de LLA en las legislativas.
No es tiempo para exceso de optimismo ni exceso de pesimismo. Nada parece indicar que haya un milagro de resurrección (al menos no lo habrá hasta que repunte el consumo) ni que el barco libertario esté al borde de un precipicio. Todo tiende a la calma, un lento alejarse de los subibajas extremos.
Fichas que se definen
La primavera libertaria tiene en el horizonte la necesidad de aprobar las reformas impositiva, laboral, educativa y el Presupuesto 2026. Al tiempo que se enderezan los indicadores económicos, también hay búsquedas por ordenar la política.
Y hay semejanzas en esa arena respecto a lo que ocurre con el comportamiento de la divisa y las bolsas. Incluso el mismo día de las elecciones, como ya se analizó, la heterogeneidad de alianzas sembraba dudas respecto a la composición de los recintos. ¿De qué color pintar cada banca, cuando se presentaron sociedades disímiles entre LLA y el PRO, LLA y la UCR, LLA puros, etcétera, según cada jurisdicción? ¿Y el crisol de Provincias Unidas? ¿Y los peronismos no siempre inscriptos como Fuerza Patria?
También hubo esta semana pistas del agrupamiento en ese sentido. El PRO que ya no era amarillo o el radicalismo que en los hechos no obedecía a los comités sinceraron posiciones y se pintaron de violeta. Hoy un gráfico mostraría otros colores respecto a los que se publicaron el 26 de octubre a la noche, en especial en el hemiciclo de Diputados. Así, engrosarán las filas de LLA tres UCR: el cordobés Luis Picat, el tucumano Mariano Campero y el correntino Federico Tournier. Antes, se habían aplicado el garrochazo seis miembros del PRO bullrichista, encolumnados detrás de Damián Arabia, el alfil de la ministra de Seguridad en esa Cámara.
De esta manera, el bloque alcanza las 92 voluntades y se garantiza el tercio para sostener vetos. Y, mientras tanto, el partido de Karina Milei no descarta convertirse en primera minoría si se consuma un desangre en el peronismo. Y es en ese terreno donde la tarea de Santilli será clave. ¿Se escindirán los peronistas de Catamarca que responden a Raúl Jalil? ¿Qué harán los tucumanos ligados a Osvaldo Jaldo? De nuevo, todo tiende al equilibrio: ni volverá el mileísmo explícito del tucumano como en 2024, ni será el férreo opositor que floreció en la campaña. En ambos casos podrá ser, ya sea en el bloque de Unión por la Patria o fuera de él, una posición menos alineada al partido y más cercana a los intereses provinciales. Podrán variar posiciones si se afectan sectores importantes para sus distritos. Provincialismos en los hechos que vayan desplazando a posiciones partidarias, fugaces en tiempos de política líquida y de crisis de la identidades tradicionales.
Lo mismo ocurre con Gerardo Zamora, de cuya mano se sostienen los siete diputados santiagueños, con matices. Tras el encuentro en Santiago del Estero con Santilli, desde la provincia señalaron respecto al Presupuesto: “Hay cosas que deben incorporarse, tales como la iniciativa firmada en su momento por los 24 gobernadores sobre los fondos específicos (impuesto a los combustibles y reparto de ATN) , el porcentaje del 1 % que corresponde a La Rioja y la reducción del 1.9 % al 1% como alícuota del ARCA, que no se encuentran previstas en el proyecto”. “Se trata de fondos que pertenecen a las provincias”, agregaron. No habrá oposición per sé ni un alineamiento automático. Será a la carta, tema por tema, con una dirigencia que también busca el cauce natural.
Reclamos similares brotaron en una entrevista que Ámbito publicó esta semana con el santafesino Maximiliano Pullaro. En su caso, pide que la deuda por la caja jubilatoria, una pulseada con andarivel judicial, esté contemplada en la pauta de gastos. ¿Se abrirá, de una vez por todas, la billetera de Nación? Como sea, hay coincidencias: es mejor votarle a Milei un mal Presupuesto, a que se maneje de nuevo a discreción.
Los partidos también paran la pelota para rever liderazgos y definir rumbos. El radicalismo convocó a un plenario el 12 de diciembre para renovar autoridades del Comité Nacional, en medio de una crisis de identidad. El PRO busca superar la fase de fuga y sostener un sello que lo diferencia de LLA, a riesgo de fundirse en el mileísmo. El PJ acelera cumbres en Matheu para que las internas –despiadadas- sean en el marco de una unidad, mas no sea forzada.
Los gobernadores también tallan en esa discusión y tantean la construcción de un eje de poder que tome distancia de lo que, entienden, es una pelea del AMBA entre el kirchnerismo y el kicillofismo. Un intento por acomodar los bandazos que también desestabilizan al Partido Justicialista.
Con los movimientos ya visibles en el gabinete, los bloques y las provincias, el período que viene estará determinado por las reformas y por la capacidad de cada espacio de sostener su cohesión interna. El resto será correlación de fuerzas.
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