La llegada de la temporada de calor anticipa un repunte en la venta de ropa fitness en la Argentina. El efecto verano se refleja en los gimnasios, donde crece la asistencia y, en paralelo, se multiplican las compras de calzas, tops, shorts y remeras técnicas. Las marcas locales confirman que las ventas de indumentaria deportiva aumentan entre agosto y octubre, cuando los usuarios se preparan para las vacaciones y buscan prendas cómodas y resistentes para entrenar.
Efecto verano: por qué la ropa fitness gana mercado, precios, prendas elegidas, y el impacto de lo importado
El auge de actividades como crossfit, yoga y musculación impulsa las ventas de indumentaria. Marcas locales enfrentan la presión de la importación.
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Calzas y top entre los más usados para el fitness, que viene para el tramo final del año y las últimas tendencias
En este contexto, el mercado se mueve entre precios que van desde los $15.000 en prendas mayoristas hasta los $80.000 en calzas de mayor calidad. La competencia con la ropa importada de bajo costo obliga a los fabricantes nacionales a diferenciarse en diseño, durabilidad y talles, al tiempo que actividades como crossfit, yoga y musculación consolidan la demanda de indumentaria técnica.
Esa adopción amplía el mercado y obliga a las empresas a definir estrategias de producto y precio para competir, sobre todo frente a prendas importadas de bajo costo.
Claudia Patricia Jiménez Saldarriaga, de Touché Sports, señaló cuáles son las prendas que lideran las ventas y cómo se ubican los precios: “Calzas de tiro alto, con compresión. Tops y remeras de entrenamiento en telas técnicas, corte ajustado y con soporte para todo tipo de entrenamientos. Manejamos una variedad de precios para todo tipo de público, van de $34.000 a $80.000 en calzas y de $29.000 a $60.000 los tops y remeras.”
Subrayó la doble función de la ropa: desempeño en la actividad y uso en el día a día, lo que amplía el público objetivo.
Por su lado, Marcela Guerri, directora y dueña de Real Sport indumentaria personalizada, describió la oferta desde la experiencia del diseño y la segmentación: “las prendas más utilizadas para entrenar siempre son las calzas, el top y los shorts, además de las remeras. La elección depende del sector del fitness al que uno se dirija: si va al crossfit o a clases de pilates. En general lo que más se usa en femenino son tops, calzas y shorts. La tendencia para la primavera orienta que va a empezar a subir la tonalidad de los colores, de flores muy suaves se va a empezar a subir los diseños".
Aspecto que también depende del nicho al que se va a usar la prenda; "Trabajamos talles grandes, por ejemplo, entonces eso define mucho. El diseño y la tela deben responder al público objetivo de cada marca", amplió Guerri.
Mayoristas y elastizadas
Dentro de las tendencias, Silvia Sández, directora de Gym Clothes, aportó el punto de vista mayorista y de producción: “Las prendas más utilizadas hoy en gimnasios son prendas pensadas para la actividad, con procesos para transpiración, cómodas, elastizadas; se busca sentir confort a la hora de la actividad física, donde los movimientos se sientan acompañados por esas prendas. En cuanto a precios, es muy variable, depende calidad, modelo y también del bolsillo del cliente. Nuestra empresa al ser mayorista cuenta con precios variables, que pueden rondar entre los $15.000 hasta $30.000, dentro de ese rango se manejan los precios mayoristas y se le un sugerido a cada cliente.”
Sández añadió que la moda deportiva se integra con la indumentaria urbana y que la venta se mantiene durante todo el año, con picos previos al verano.
Informe sectorial
Guillermo Vélez, cofundador de Mercado Fitness, elaboró un informe que ofrece marco cuantitativo para entender por qué sube la demanda de indumentaria. Entre los puntos más relevantes del estudio pueden destacarse:
• 60% de los encuestados entrena en gimnasios tradicionales; 25% lo hace en clubes deportivos y 15% en estudios especializados.
• Más del 55% comenzó a ejercitarse en los últimos tres años, lo que amplía la base de consumidores.
• Las actividades más practicadas son uso de peso libre (50%) y máquinas de musculación (44%); entrenamiento personalizado 18% y clases grupales 14%.
• Tres cuartos de los usuarios pagan entre $20.000 y $49.999 mensuales de cuota, lo que define un rango de poder de compra relevante para la indumentaria.
Esos parámetros explican la demanda de prendas técnicas y resistentes, con ajuste y soporte en zonas clave del cuerpo, y la aparición de colecciones diseñadas para distintos nichos: crossfit, musculación, yoga, pilates y uso urbano.
¿Por qué crecen las ventas ahora?
Las entrevistadas coinciden en tres factores: estacionalidad, mayor base de consumidores y apropiamiento de la ropa deportiva para el uso diario. Jiménez Saldarriaga dijo que “la temporada alta para la ropa deportiva es de mayo a octubre, ya que la gente se prepara para el verano”, y Guerri añadió que la demanda sube a partir de agosto porque las personas “se desesperan para estar bien para el verano”.
La competencia con la importación condiciona precios y posicionamiento. Guerri advirtió que “nos están invadiendo prendas de baja calidad, que relegan la indumentaria nacional. Sin embargo, quienes buscan calidad y comodidad siguen optando por productos locales bien diseñados".
Ese fenómeno obliga a las marcas locales a destacar atributos que las importaciones masivas no ofrecen con facilidad: calidad de tela, control de medidas, talles ampliados, confección y servicio posventa.
Calidad, durabilidad y cuidado aparecen como criterios decisivos de compra. Jiménez Saldarriaga recomendó “priorizar telas técnicas que absorban el sudor y se sequen rápido, con buena elasticidad para facilitar el movimiento y sin deformarse. También costuras resistentes y materiales duraderos. La comodidad es fundamental: el calce debe adaptarse al tipo de entrenamiento, evitando costuras que rocen o telas que generen molestias.”
Guerri sostuvo que “si uno elige solo por precio, la prenda dura lo que se paga”, y Sández aconsejó telas livianas y flexibles para garantizar confort.
En el plano del diseño, las marcas observan una diversificación: paletas neutras y tonos tierra ganan peso, aunque algunas empresas mantienen colores vivos como sello propio. Guerri puntualizó que “la tendencia para 2025 va hacia tonalidades más intensas en algunos casos y hacia neutros en otros, siempre dependiendo del nicho.”
Sández acotó que la moda deportiva se alinea con el resto del sector textil: “la moda deportiva sigue también con la moda actual en cuanto a colores y tendencias en modelos, tratando siempre de innovar".
Según la disciplina
El efecto propagador de disciplinas como crossfit y musculación impacta en los cortes y las telas. La dominancia del entrenamiento de fuerza, reflejada en el informe de Vélez, explica la demanda de prendas con compresión y soporte, mientras que modalidades como yoga y pilates solicitan calzas más suaves y cortes sin costuras que permitan libertad de movimiento.
La conjunción de mayor base de usuarios, estacionalidad y corrimiento de la ropa deportiva hacia el uso urbano configura un mercado con volumen y segmentos diferenciados. Para las marcas locales, la estrategia pasa por enfatizar calidad, ampliar talles y ofrecer propuestas de diseño que respondan a nichos específicos. Para los consumidores, las recomendaciones son claras: priorizar telas técnicas y verificar costuras y calce antes de comprar. “Si se elige solo por precio y no por calidad, la prenda dura lo que se paga”, concluyó Guerri.
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