15 de abril 2024 - 10:01

El riesgo de una orientación exportadora basada en las ventajas comparativas estáticas. ¿Qué están pensando las economías avanzadas?

América Latina no ha podido traducir satisfactoriamente esta nueva orientación en resultados concretos, ni desde el punto de vista cuantitativo ni, más importante, desde una perspectiva cualitativa.

Eduardo Bianchi.

Eduardo Bianchi.

Si bien la transnacionalización del sistema productivo en distintas y distantes partes del mundo se remonta a los orígenes de la Revolución Industrial, es recién a partir de la consolidación de la llamada «globalización» cuando adquiere la complejidad y dimensiones que la identifican en la actualidad. Este fenómeno ha recibido diferentes denominaciones: «desintegración de la producción», «fragmentación global», «sistemas internacionales de producción integrada», «cadenas de suministro», «redes globales de producción», o, el más popular de «cadenas globales de valor».

Los motores que están detrás de la creciente difusión y alcance de las cadenas globales de valor incluyen el avance de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que contribuyen a reducir los costos de coordinación, logística y monitoreo de operaciones realizadas en forma geográficamente descentralizada, la baja de los costos de transporte –evidenciada no sólo en el campo de las mercancías físicas, sino también en la circulación de intangibles- y la liberalización del comercio y la inversión externa directa. Todos estos factores facilitaron la redefinición de las estrategias a escala global de quienes son los principales actores de las cadenas globales de valor, esto es, las grandes empresas trasnacionales.

América Latina no ha podido traducir satisfactoriamente esta nueva orientación en resultados concretos, ni desde el punto de vista cuantitativo ni, más importante, desde una perspectiva cualitativa. En el plano cuantitativo la participación de la región en los flujos de comercio e inversión externa directa es inferior a la que se observaba 50 años atrás. Asimismo, América Latina se inserta débilmente en algunas nuevas tendencias, tales como la descentralización de actividades de investigación y desarrollo o la tercerización de servicios empresariales basados en la tecnología. En el plano cualitativo, más allá de la existencia de diferentes patrones de especialización al interior de América Latina, todos están basados fundamentalmente en ventajas comparativas estáticas, sean recursos naturales en América del Sur o costos laborales bajos en América Central y el Caribe.

Por lo tanto, América Latina participa poco y mal en las cadenas globales de valor. Son sólo unos pocos países los que intervienen en esas cadenas y, además, lo hacen en los eslabones de menor valor agregado, lo cual, sumado al hecho del bajo nivel de integración nacional y la falta de internalización de un núcleo innovativo dinámico, debilita el surgimiento de potenciales efectos de derrame al interior de las economías nacionales.

Los países de América Latina enfrentan hoy un desafío mayor ya que desde la crisis económica y financiera de 2008, la economía mundial está caracterizada por un retroceso de la globalización y de la importancia de las cadenas globales de valor en el comercio internacional. La economía mundial ha sido golpeada por una serie de shocks, que van desde las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el impacto sin precedentes de la pandemia del COVID-19 y el estallido de conflictos armados en Europa y en el Medio Oriente. Estos eventos han causado importantes disrupciones de las cadenas globales de valor introduciendo una creciente incertidumbre en la geopolítica global.

Más aún, el avance de la tecnología digital se ha acelerado dramáticamente. Innovaciones tales como la inteligencia artificial, la robótica y la fabricación aditiva (impresión 3D) tienen el potencial de revertir la lógica económica de las cadenas globales de valor, haciendo que la producción en las economías avanzadas sea menos costosa. Estas dinámicas recientes anuncian cambios fundamentales en el funcionamiento de las cadenas globales de valor, incluyendo una etapa de desglobalización. Según trabajos de Georgetown University, los gobiernos de las economías avanzadas están reaccionando a estas nuevas tendencias recalibrando sus políticas económicas internas y externas, ajustando la caja de herramientas de su política industrial y de su política comercial, que van desde la estrategia autónoma de la Unión Europea, a una narrativa de una política comercial centrada en los trabajadores en el caso de los Estados Unidos, mientras China está cambiando hacia una economía orientada al mercado interno.

Varios estudios demuestran que las políticas que simplemente generan un crecimiento en las exportaciones no pueden garantizar la transición hacia el desarrollo sostenible de la economía. Las evaluaciones de aquellas estrategias de crecimiento orientadas hacia el exterior muchas veces han mostrado escasos resultados para fortalecer la capacidad de crecimiento a largo plazo, y para potenciar la generación de valor agregado de la economía. La integración progresiva en los mercados internacionales de mercancías y de capitales no ha conducido al desarrollo de eslabonamientos internos sostenibles. Describiéndolo gráficamente, una asignación más eficiente de los recursos ha provocado movimientos a lo largo de la frontera de posibilidades de producción de la economía, pero la orientación hacia fuera no ha expandido esta frontera.

Es por ello que, para los países de América Latina, Argentina entre ellos, es necesario que las políticas diseñadas para aumentar las exportaciones sean complementarias a las políticas de desarrollo del mercado interno, con una visión sustentable, de creciente justicia social y apuntando a erradicar la pobreza.

Este y otros temas relacionados que afectan a la toma de decisiones estratégicas y funcionamiento de los negocios son analizados en las carreras de posgrado dictadas por la Universidad Escuela Argentina de Negocios, tanto en la Especialización en Finanzas (RM 82/23) como en la Especialización en Negocios Internacionales (RM 1577/22).

Profesor de las Especializaciones de Finanzas y en Negocios Internacionales - UEAN

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