Está dentro de los 10 hombres más ricos del mundo y teme perderlo todo

Jensen Huang tiene un patrimonio que supera los 150 mil millones de dólares y su mayor miedo es que todo se termine.

El CEO de Nvidia y su miedo a perderlo todo.

Hay personas que a pesar de haber alcanzado la gloria y ser millonarios, viven con el miedo latente de perder todo lo que tienen de un momento a otro. Ese es el caso de Jensen Huang, el CEO de Nvidia, una de las empresas líder en la creación de Unidades de Procesamiento Gráfico (GPU) y tecnología de computación acelerada.

Su estado de ansiedad constante se puede deber a la historia de vida inspiradora y poco común entre magnates de primera categoría que tuvo que atravesar Huang. Desde emigrar de su país natal a Estados Unidos y ser lavaplatos a codearse con los genios más importantes de la industria tecnológica.

Imagen creada con Inteligencia Artificial

Jensen Huang, el CEO de Nvidia

Jensen Huang es oriundo de Taiwan y actualmente es el CEO de la empresa estadounidense Nvidia, una de las más importantes de la industria tecnológica. Al terminar la secundaria estudió en la Oregon State University y se licenció en Ingeniería Eléctrica y después llevó a cabo una maestría en la Universidad de Standford.

El paso que lo llevaría a la gloría tuvo lugar en 1993 cuando él tenía solo 30 años. Junto a sus colegas Chris Malachowsky y Curtis Priem fundó NVIDIA, la empresa que con el paso del tiempo se convertiría en una de las más influyentes del mundo en desarrollo de chips, gráficos e inteligencia artificial.

Hoy, gracias a sus decisiones estratégicas y al crecimiento de Nvidia, Jensen Huang está entre las personas más ricas e influyentes del planeta. Su historia, que va de limpiar baños e inmigrar siendo niño, a liderar una potencia tecnológica global, lo transforma en una figura paradigmática de perseverancia, talento, visión y transformación personal.

Xataxa.

El gran miedo de Jensen Huang

A pesar de liderar la compañía más valiosa del mundo, Jensen Huang confiesa que vive con el temor constante de que todo termine mañana. Su frase “preferir no fracasar antes que querer ganar” resume una mentalidad que lo acompaña desde los inicios de Nvidia, cuando la empresa todavía luchaba por sobrevivir.

Ese temor se reforzó en los años 90, cuando Nvidia estuvo a punto de desaparecer, tras diseñar un chip defectuoso para Sega. Huang relató que la compañía sólo evitó la quiebra, porque el CEO de Sega decidió pagarles igual los 5 millones prometidos. Desde entonces mantiene la filosofía interna de que Nvidia siempre está “a 30 días de quedarse sin negocio”, un mantra que explica por qué sigue operando con una sensación de urgencia permanente.

Huang dirige una compañía que sostiene buena parte del avance global en inteligencia artificial y cuya valuación supera los 5 mil millones de dólares. En entrevistas recientes admitió que esa responsabilidad genera una presión enorme: miles de correos diarios, decisiones críticas y la conciencia de que cualquier error podría impactar, no solo a su empresa, sino a toda la industria tecnológica.

A todo esto se suma su propia filosofía sobre el éxito: para Huang, la incomodidad y el sufrimiento son parte del proceso. Él mismo asegura que trabajar bajo presión es la forma de mantener el foco y evitar caer en la complacencia. Por eso continúa trabajando siete días a la semana y se mantiene en estado de alerta, aun con Nvidia rompiendo récords.

De cuánto es la fortuna de Jensen Huang

Huang tiene cerca del 3% de Nvidia, la compañía que él mismo llevó al mercado en 1999 y que hoy es uno de los gigantes tecnológicos más influyentes del planeta. Su participación accionaria lo convirtió en uno de los ejecutivos más ricos del mundo.

En 2025, su patrimonio ronda los 158.4 mil millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones más recientes de Forbes. Con ese número, ocupa el octavo lugar entre las mayores fortunas de Norteamérica y se posiciona en el puesto 16 a nivel global.

Bajo su liderazgo, Nvidia no solo redefinió la industria gráfica: sus GPU pasaron de ser un estándar en el gaming a convertirse en el motor central de la revolución de la inteligencia artificial, un salto que elevó la valuación de la compañía por encima de los 4 mil millones de dólares en 2025.

A lo largo de su trayectoria, también destinó parte de su fortuna a fortalecer la investigación y la formación académica. Donó 30 millones a la Universidad de Stanford para levantar un centro de ingeniería que lleva su nombre. En 2022, aportó 50 millones a la Universidad Estatal de Oregón, para impulsar otro instituto dedicado a la innovación científica.