La crisis que afecta al sector textil argentino, producto de la caída del consumo y la apertura importadora, entre otros factores, no pega a todos sus actores de la misma forma.
Industria textil en crisis: empresas piden medidas para impulsar exportaciones antes que frenar importaciones
La Federación que agrupa la etapa inicial de la cadena de valor (hilanderías, tejedurías, entre otros) presentó un plan estratégico al Gobierno. Propone bajar costos laborales y fijar precios de referencia.
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La crisis del sector textil no pega a todos sus actores de la misma forma.
La ofensiva de plataformas chinas como Shein, considerada una amenaza letal por los fabricantes de indumentaria, es apenas una anécdota para los productores de materia prima que se desempeñan en la primera etapa de la cadena de valor textil.
Si bien forman parte de una misma industria, jaqueada globalmente por la competencia china, existe una brecha de intereses entre sus protagonistas, en la que se mezclan factores económicos puntuales y también algunos posicionamientos políticos.
Esta situación quedó a la vista durante un encuentro de prensa organizado por la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), en el cual participó Ámbito.
En esa reunión, la cúpula de la entidad gremial empresaria asumió posturas que no son del todo coincidentes con las asumidas por otras entidades involucradas en la actividad, como la Fundación ProTejer o la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
La FITA nuclea a cámaras que a su vez representan a 4.000 empresas y establecimientos del sector textil y de la confección (básicamente sábanas y toallas) en el país en sus distintas fases: hilandería, tejeduría, tintorería, acabado y proveedores del sector. En esta entidad no participan los fabricantes de ropa ni de calzado
La base de esa divergencia de intereses aun dentro de una misma industria tiene que ver con el impacto asignado a la apertura importadora. “Eso no es una cuestión determinante en la actualidad, ya que históricamente la proporción de indumentaria importada siempre fue mayor a la nacional”, remarcó el presidente de FITA, Luis Tendlarz.
Tendlarz fue la voz cantante en la reunión de la que también participaron Edgardo Tertzakián, secretario de la Federación, y Javier Chornik, vicepresidente.
Cúpula de la FITA: Edgardo Tertzakián, secretario; Luis Tendlarz, presidente, y Javier Chornik, vicepresidente.
La empresa del titular de la FITA es Algodonera del Valle, que produce fibras de algodón en sus plantas de Catamarca y Chubut. Chornik produce tejidos de punto en fábricas ubicadas en las provincias de Buenos Aires y San Luis. Y Tertzakián tiene hilanderías en Tucumán y La Rioja.
El presidente de FITA detalló que “actualmente la proporción es de 60% a favor de los importados. Pero hace algunos era de 52%, así que no se puede hablar de una explosión de importados que esté invadiendo el mercado local”.
“Antes, en la época de Martínez de Hoz, las importaciones llegaban desde Japón. Después fueron los tigres asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur). Y ahora vienen de China, Vietnam o Bangladesh”, recordó.
“La producción china siempre estuvo presente, desde la época de la ruta de la seda, que no era otra cosa más que el acceso rápido de sus productos al resto del mundo. Hoy la nueva ruta de la seda china está representada por Shein”, añadió.
Según su punto de vista, la caída de ventas de indumentaria y calzado en el país no obedece a una supuesta invasión de importados sino a “una caída generalizada del consumo, que sufren todos los sectores”.
Y si bien aclaró que “estamos de acuerdo” con el rumbo macroeconómico actual y el objetivo de bajar la inflación, aclaró: “La macroeconomía define a un país. Pero la micro define a su gente”.
Por eso, planteó que “al Gobierno le falta una política industrial en este momento, aunque tal vez más adelante la tendrá”. Respecto de cuándo sería ese momento, respondió: “Cuando el nivel de desocupación explote algo tendrán que hacer”.
En ese sentido, repasó algunas cifras sobre la pérdida de puestos de trabajo en la industria textil. Dijo que desde 2023 hasta la actualidad se perdieron 11.000 empleos registrados.
Los lineamientos del plan de competitividad de la FITA
A tono con este diagnóstico que pone énfasis en las condiciones macro y no se centra exclusivamente en la apertura importadora, el presidente de FITA detalló los lineamientos de un plan estratégico que elevaron al Ministerio de Economía para mejorar la competitividad del sector textil.
La solución propuesta pasa, básicamente, por instrumentar una rebaja de los costos laborales de las empresas tomando los aportes patronales a cuenta del IVA. De esa forma, estimó, se reduciría un 30% el costo laboral y permitiría quedar en igualdad de condiciones con países de la región como Brasil y Perú.
Ese sería el puntapié para que el sector pueda ampliar su capacidad exportadora. “Nuestra capacidad ociosa está por debajo del 50% debido a la caída del consumo local. Si nos mejoran las condiciones para poder competir en el exterior, podemos destinar esa capacidad a producir para exportar”, aseguró Tendlarz.
Con relación a la apertura importadora que amenaza al último eslabón de la cadena de valor de la producción textil (fabricantes de prendas), el plan de FITA propone “monitorear el precio de los productos textiles que ingresan al país”.
En ese sentido, planteó su preocupación por “la falta de aplicación de valores de referencia en la Aduana”, que habían sido eliminados a fines de 2024 por iniciativa del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, bajo el argumento de que se trataba de trabas burocráticas que alentaban prácticas corruptas.
El Plan de Competitividad de la FITA fue elaborado por los economistas Miguel Kiguel y Andrés Borenstein. Sus autores aseguran que no generaría un costo fiscal para la economía en su conjunto.
“Por el contrario, la formalización del empleo y la expansión de la base imponible del IVA implicarían un fortalecimiento de la recaudación tributaria. Los beneficios sociales de la formalización -como el incremento del consumo formal y una menor demanda sobre el sistema público de salud- compensarían la reducción de ingresos públicos por el descuento de los impuestos laborales”, sostiene el documento que descansa sobre el escritorio de Pablo Lavigne, secretario de Coordinación de Producción de la cartera que encabeza Luis Caputo.





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