4 de octubre 2025 - 08:00

La "diosa de la riqueza" que consiguió miles de millones en criptomonedas a costa de otras personas

Millones cayeron en la trampa de una red internacional que usó criptomonedas para esconder una estafa sin precedentes a escala global.

Zhimin Qian, apodada la “diosa de la riqueza”, ocultó miles de millones en criptomonedas tras estafar a miles de personas en varios países.

Zhimin Qian, apodada la “diosa de la riqueza”, ocultó miles de millones en criptomonedas tras estafar a miles de personas en varios países.

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Millones de usuarios en el mundo se dejan llevar por la promesa de multiplicar su dinero con criptomonedas. Sin embargo, no todos los caminos conducen a la riqueza: algunos de ellos esconden redes criminales que vacían bolsillos y arruinan vidas.

Ese fue el caso de Zhimin Qian, una mujer que orquestó uno de los fraudes digitales más grandes de la historia. Su historia comenzó en China, cruzó continentes y terminó en los tribunales de Londres.

Zhimin Qian,
Millones perdieron sus ahorros mientras una mujer convertía criptomonedas en lujo, poder y el mayor fraude digital de la última década.

Millones perdieron sus ahorros mientras una mujer convertía criptomonedas en lujo, poder y el mayor fraude digital de la última década.

De China a Reino Unido para una estafa multimillonaria en criptomonedas

Zhimin Qian, conocida como la "diosa de la riqueza", montó una estructura de fraude en China entre 2014 y 2017. Durante esos años, más de 128.000 personas, incluyendo empresarios, funcionarios y trabajadores del sistema bancario, entregaron sus ahorros a promesas de inversión imposibles de cumplir.

La estafa tomó forma a través de planes engañosos. Los fondos obtenidos fueron convertidos en bitcoins, escondidos en una red compleja y distribuida de billeteras digitales. Tras el colapso del esquema, Qian escapó con documentación falsa y se refugió en el Reino Unido.

Allí intentó limpiar su fortuna invirtiendo en propiedades lujosas, entre ellas una mansión y bienes inmuebles en Dubai. La justicia británica, tras siete años de investigación y con la colaboración de varios países, finalmente logró detenerla y confiscar 61.000 bitcoins, valuados en más de 6.700 millones de dólares.

La causa también involucró a Seng Hok Ling, operador de criptomonedas que colaboró con el lavado de activos. Otro nombre clave fue Jian Wen, ex empleada de un restaurante, que pasó de vivir sobre su lugar de trabajo a adquirir propiedades millonarias con fondos ilícitos.

La caída de la "diosa de la riqueza"

La caída de Qian marcó un hito judicial: el decomiso de criptomonedas más grande jamás registrado. Las autoridades británicas destacaron la magnitud de la operación y advirtieron sobre el uso creciente de criptomonedas para ocultar dinero sucio.

Mientras tanto, la condena de la "diosa de la riqueza" envía un mensaje claro a quienes creen que el anonimato digital es sinónimo de impunidad. El caso, que sigue generando impacto global, se convierte en ejemplo de la nueva era del crimen financiero.

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