5 de agosto 2025 - 16:50

La Justicia da la última chance a Garbarino: aparecen compradores o se decreta la quiebra

El juez que lleva adelante el concurso preventivo habilitó un “registro de interesados” para que terceros, acreedores o extrabajadores presenten ofertas por las acciones de la firma.

Garbarino llegó a tener más de 200 sucursales y a emplear en forma directa a 5.000 personas. 

Garbarino llegó a tener más de 200 sucursales y a emplear en forma directa a 5.000 personas. 

Mariano Fuchila

Garbarino, la histórica firma de retail, encara su etapa más delicada dentro del concurso preventivo de acreedores iniciado en 2021. La Justicia resolvió abrir un registro especial para que interesados puedan presentar ofertas por la compañía y evitar así la quiebra definitiva.

La medida fue tomada por el Juzgado Nacional en lo Comercial Nro. 7, a cargo del juez Fernando D'Alessandro, quien aplicó el procedimiento de salvataje previsto en el artículo 48 de la Ley de Concursos y Quiebras, una instancia extraordinaria que permite evitar la liquidación cuando el deudor no logra acordar con sus acreedores.

El plazo es breve: cinco días hábiles a contar desde la última publicación en el Boletín Oficial. Si no se presenta ningún oferente, se declarará la quiebra de Garbarino y de Compumundo, su firma vinculada en el rubro tecnología.

Una oportunidad a contrarreloj

El fallo judicial ordena la apertura del registro de interesados, donde podrán inscribirse acreedores, terceros o cooperativas de trabajadores, siempre que acompañen un escrito de intención y el comprobante de un depósito de $400.000 en la cuenta judicial del expediente.

El objetivo es permitir que otros actores, distintos del actual accionista, Carlos Rosales, puedan formular propuestas de acuerdo preventivo, mejorar la oferta original de la concursada y alcanzar los consensos necesarios para su homologación.

La resolución es clara: si no hay ningún inscripto al cabo del plazo, se dictará la quiebra sin más trámite. Si aparecen interesados, el juez designará un evaluador para tasar las acciones y se abrirá un nuevo tramo de negociación con los acreedores.

De imperio a agonía

Fundada en 1951, Garbarino llegó a ser la cadena más importante de venta de electrodomésticos y tecnología del país, con más de 300 locales, fábricas propias en Tierra del Fuego, y marcas asociadas como Compumundo y Garbarino Viajes. En su punto más alto, empleaba a más de 5.000 personas y dominaba cerca del 30% del mercado.

Pero la mala gestión financiera, los efectos de la pandemia, el derrumbe del consumo y los cambios en los hábitos de compra aceleraron una crisis profunda e irreversible. La empresa fue vendida en 2020 al empresario Carlos Rosales, quien prometía un rescate financiero, pero terminó profundizando el colapso.

Desde entonces, la firma pasó por cierres masivos de sucursales, despidos, deudas millonarias y múltiples intentos fallidos de reestructuración. En abril de este año, la Justicia incluso había dictado una quiebra parcial que luego fue levantada provisoriamente tras un pago parcial a los acreedores.

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Garbarino opera actualmente con apenas cinco puntos de venta y 22 empleados.

Garbarino opera actualmente con apenas cinco puntos de venta y 22 empleados.

Una operación mínima y una marca con peso residual

A más de cuatro años del inicio de su derrumbe, Garbarino mantiene una actividad testimonial. Según el último informe de gestión presentado en el expediente judicial, la empresa suma apenas 22 empleados y opera con cinco puntos de venta activos. En mayo, sus ventas brutas en sucursales totalizaron $3 millones, mientras que a través de su marketplace facturó otros $5,6 millones.

En paralelo, el reporte señala que la compañía conserva un stock de 1.937 unidades, aunque la mayor parte corresponde a mercadería desactualizada, sin salida comercial relevante. Los egresos siguen superando a los ingresos: los pagos semanales de sueldos durante el mismo mes superaron los $22 millones, lo que evidencia una estructura todavía insostenible.

En este contexto, el principal activo parece ser la marca, que si bien perdió posicionamiento en los últimos años, todavía conserva reconocimiento y recordación en el mercado. Para eventuales interesados, podría representar una oportunidad para reconvertirla, relanzarla o integrarla a una operación mayor.

Pero el margen es acotado. Si al vencimiento del plazo judicial no se presenta ninguna oferta, la quiebra será automática y Garbarino, junto con Compumundo, desaparecerá del mapa corporativo.

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