24 de septiembre 2025 - 00:00

Diálogos de Wall Street: ¿qué quiere comunicar la Fed, con su explosión de locuacidad?

La Fed despliega esta semana una legión inédita de oradores. ¿A qué se debe este rapto de locuacidad, Gekko? ¿Qué nos querrán comunicar?

Las diferentes voces en la Fed, materia de análisis para el experto que se escuda bajo el seudónimo de Gorodon Gekko.

Las diferentes voces en la Fed, materia de análisis para el experto que se escuda bajo el seudónimo de Gorodon Gekko.

Periodistas: Existió una época en la cual a los banqueros centrales no se les conocía la voz. Rara vez hablaban.

Gordon Gekko: Ni siquiera comunicaban sus decisiones. Había que descifrarlas mirando la evolución de las series monetarias y las tasas de interés. Y no se podía estar muy seguro de las conclusiones sino hasta que el tiempo las confirmaba.

P.: Otro banquero central célebre, más reciente, Alan Greenspan, hablaba bastante, pero de una forma que no se pudiera entender de manera inobjetable su mensaje.

G.G.: Greenspan cultivaba un discurso deliberadamente enrevesado y críptico. “Si lo que dije le parece muy claro, seguramente me debe haber malinterpretado", solía decir.

P.: Los tiempos cambian. El banco central avanzó hacia una mayor transparencia, y desarrolló más y más herramientas de comunicación.

G.G.: Al punto que cuando se quedó sin espacio para seguir bajando las tasas de interés, que es su instrumento principal, se basó en la comunicación (la “forward guidance”) para continuar ejerciendo influencia con la política monetaria en la formación de expectativas.

P.: Esta semana 14 gobernadores y presidentes de distritos de la Fed tienen agendadas presentaciones públicas. Empezando por el gran jefe, Jerome Powell. Son 14 de los 19 que tienen opinión en las reuniones de política monetaria. En el mapa de puntos, aportan 14 de las 19 observaciones. Es una explosión de locuacidad. ¿Qué nos querrán decir? ¿Por qué son tantos? ¿Habrá alguna urgencia?

G.G.: No hay urgencia, sí una necesidad de comunicar puntos de vista diferentes.

P.: ¿Le parece? ¿Cómo lo sabe?

G.G.: El enviado del presidente Trump, Stephen Miran, quien se estrenó con una disidencia importante debía echar luz sobre su posición. No es una obligación, pero es lo que se estila. Y aprovechó una invitación preexistente para hacerlo.

P.: La Fed bajó las tasas un cuarto de punto y Miran fue el único que abogó por un hachazo de medio punto. Y en el mapa de puntos, es también el único que se aleja de la nebulosa del consenso. Nadie defiende una tasa tan baja. ¿Cómo lo justificó?

G.G.: Sostiene que la tasa de interés neutral es sustancialmente más baja que la que utiliza la Fed. Y, por ende, la política monetaria actual es mucho más restrictiva que lo que estima. Por eso, quiere una reducción más potente. Y que proceda más rápido.

P.: La tasa de interés neutral no es observable. Lo que sí podemos ver es la tasa de inflación. Y hace años que se ubica por encima de la meta de 2%. ¿Cuán restrictiva es esa realidad?

G.G.: No en vano votó en soledad. Pero, a su favor cabe decir que aportó los argumentos concretos para una discusión que puede ser provechosa, aunque no convenza o lleve a su refutación.

P.: ¿Es la explicación “técnica”, diríamos el modelo subyacente, de los planteos que formula el presidente Trump? Después de todo, Miran es su principal consejero económico.

G.G.: Yo diría que los dos llegan a la misma conclusión final: las tasas deben bajar drásticamente. Pero el argumento de Miran, que la tasa neutral es más baja que lo estimada, se ubica en las antípodas de la idea del Make America Great. El suyo sería un corolario compatible con una economía menos pujante y que pierde recursos.

P.: Usted dijo que vamos a escuchar puntos de vista diferentes. Miran quiere tasas más bajas. ¿Quién tiene otro discurso?

G.G.: De los que ya hablaron, hay cuatro que fijaron una posición en la vereda de enfrente. Alberto Musalem, de la Fed de Saint Louis, dijo que apoyó el recorte de tasas pero que hay poco margen para insistir en un contexto de alta inflación. Beth Hammack, de la Fed de Cleveland, recordó que la inflación es un problema más grande que la debilidad del mercado de trabajo. El desvío de la inflación con respecto a la meta es mayor que la brecha de desempleo. Austan Goolsbee, de la Fed de Chicago, fue apenas un poco más suave. Pero también puso el acento en la necesidad de devolver la inflación a 2%. Y Raphael Bostic, de la Fed de Atlanta, se manifestó muy preocupado por el tiempo que lleva la inflación sostenidamente por encima de la meta.

P.: Son cuatro opiniones, pero, ¿cuántos votos?

G.G.: Dos. Musalem y Goolsbee votan en la actual rotación.

P.: ¿Debemos entender que la baja de tasas que los mercados de futuros descuentan para octubre puede encontrar oposición seria?

G.G.: También habló Powell, que es quien todavía corta el bacalao. No dijo nada nuevo, repitió lo que señaló después de la última reunión. Pero quizás no se entendió. “Los riesgos son de doble filo. La situación es desafiante. Los riesgos de inflación apuntan al alza, los del mercado laboral a la baja. No existe un camino que esté libre de peligro”.

P.: ¿Quiere decir que la decisión es una moneda al aire?

G.G.: Quiere decir que la decisión no está tomada de antemano. La Fed no sigue un curso pre-establecido. Bajó las tasas en la última reunión, no lo hizo en julio. Y no considera que haya sido un error. Esperar estuvo bien, dijo Powell en la conferencia de prensa.

P.: ¿Y usted qué cree?

G.G.: Que vamos a una fuerte discusión como no tuvimos ni en julio ni la semana pasada. La gobernadora Michelle Bowman, disidente en julio, fue muy enfática. La Fed tiene que actuar de forma contundente para apuntalar el mercado de trabajo, afirmó en simultáneo con el discurso de sus colegas. Para Bowman, la Fed corre detrás de los acontecimientos. Dejando de lado los aranceles, apuntó, la inflación está “muy próxima a la meta”. Es la misma situación vista desde el ángulo opuesto.

P.: Si es así, la reunión de octubre va a ser todo lo memorable que prometía ser la de septiembre y no lo fue.

G.G.: De acuerdo. Hoy por hoy creo que hay posiciones muy fuertes a ambos lados de la balanza de riesgos. Habrá que ver si la data no termina limando las diferencias.

P.: ¿Y hoy que considera más probable?

G.G.: Así como están las cosas, una baja de un cuarto de punto, pero con una o dos disidencias. Y si fuera así, las dudas se correrán a diciembre.

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