Hablamos de Carl Rinsch, uno de los nombres más prometedores de Hollywood. Su carrera despegó tras dirigir 47 Ronin (2013), una superproducción con Keanu Reeves que, aunque fue un fracaso comercial, lo posicionó como un cineasta con una fuerte impronta visual y ambiciones futuristas. Las productoras estaban dispuestas a pagarle millones.
Netflix peleó por él y le dio 55 millones de dólares para una prometedora serie, pero lo despilfarró en lujos
Era uno de los directores más prometedores de la industria pero hoy se encuentra alejado del cine y en problemas.
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El director que estafó a Netflix por más de 65 millones de dólares.
Ese prestigio lo llevó a firmar un contrato millonario con Netflix, que confió en él para desarrollar una ambiciosa serie de ciencia ficción titulada Conquest. Sin embargo, lo que parecía el inicio de una nueva era creativa terminó en un escándalo financiero: Rinsch jamás entregó la serie y el dinero desapareció en gastos personales y apuestas de riesgo.
Un presupuesto de millones para una serie que nunca exisitió: quién es Carl Rinsch
Carl Erik Rinsch nació en 1977 en Estados Unidos y comenzó su carrera como realizador de comerciales y cortometrajes. Su debut en el cine con '47 Ronin' lo vinculó directamente al género fantástico, aunque el filme no recuperó su inversión. Aun así, su capacidad para crear mundos visuales lo mantuvo en el radar de las grandes plataformas.
En 2018, Netflix decidió apostar por su talento y lo contrató para crear Conquest, una serie de ciencia ficción ambientada en un futuro distópico. Según reportes de The New York Times y Celebrity Net Worth, el contrato incluía un presupuesto total de 55 millones de dólares, de los cuales una gran parte fue transferida directamente al control del director. La plataforma esperaba un proyecto ambicioso con efectos visuales de última generación, pero nunca recibió ningún material terminado.
Durante el proceso de producción, Rinsch comenzó a comportarse de forma errática y a reclamar sumas adicionales de dinero, alegando sobrecostos. Los ejecutivos de Netflix intentaron mediar y revisar el estado del proyecto, pero descubrieron que la serie no existía: no había guion finalizado, rodaje concluido ni equipo técnico en funciones.
Podría ir a la cárcel: en qué se gastó el dinero
Las investigaciones posteriores revelaron que Rinsch usó gran parte del dinero en gastos personales, inversiones especulativas y artículos de lujo. Destinó varios millones a la compra de cinco automóviles Rolls-Royce, relojes de alta gama, y operaciones financieras con Dogecoin, una criptomoneda en la que apostó durante el auge de 2021. También habría invertido parte de los fondos en acciones del mercado bursátil, perdiendo la mayor parte de lo obtenido.
Netflix presentó una demanda civil para recuperar los fondos y colaboró con las autoridades estadounidenses, que ahora investigan a Rinsch por fraude y malversación de fondos. El director podría enfrentar una condena de hasta 50 años de prisión si se comprueba que actuó con intención de estafar a la compañía.
Hoy, Carl Rinsch vive alejado del cine y enfrenta un proceso judicial que podría marcar el final definitivo de su carrera. Su historia se convirtió en uno de los casos más insólitos de la industria audiovisual: un director al que Netflix le confió millones para crear una serie que jamás existió.
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