Se hicieron millonarios al ganar la lotería pero se divorciaron al poco tiempo: fueron estafados por sus nuevas parejas y terminaron en la ruina

Los millones de euros corrompieron la vida de la pareja y los llevaron a su quiebra emocional y financiera tras su mala administración del dinero.

La expareja se enfreta a múltiples deudas a pocos años de ganar millones de euros.

Ganar millones de euros en la lotería podría significar la realización y la satisfacción económica por el resto de su vida para millones de personas. Este premio permite que los ciudadanos cambien sus hábitos y puedan acceder a mayores lujos que de costumbre. Pero una vida llena de excesos no puede mantenerse a largo plazo a partir de un ingreso.

Un capital limitado debe de controlarse para que perdure a largo tiempo, en el caso de que se quiera vivir de este monto. Como también se puede invertir para generar nuevos ingresos y mejorar el nivel de vida a un plazo más largo. La elección es libre de cada ganador o directamente puede disfrutar de su premio pero, posteriormente tiene que recobrar la vida austera de la cotidianidad.

La historia de Adrian y Gillian Bayford, la pareja multimillonaria que terminó en la quiebra

La pareja había ganado 190 millones de euros en la lotería de Euromillones en agosto de 2012. El matrimonio estalló en un sinfín de emociones la enterarse de que habían obtenido el boleto ganador y su euforia se convirtió en un sinfín de gastos. El dinero que parecía infinito se transformó en coches de lujos, viajes internacionales, un alto nivel de vida y un largo número de donaciones a organizaciones benéficas.

Su nueva fortuna trajo nuevas ambiciones en cada parte de la pareja y se divorciaron al año de obtener uno de los mayores premios de Europa. Gillian dejó su trabajo al poco tiempo para emprender en diferentes negocios pero sin tener éxito en ninguno de ellos. Además, posteriormente se casó con un estafador y fue condenada por agredir a un examante.

Adrían tuvo un proceso más moderado pero igual de infortunio. El exmarido siguió en su trabajo hasta el 2017, cuando abandonó su puesto para emprender e invertir en bienes raíces. El multimillonario adquirió 38 casas para vivir del alquiler de estas viviendas pero no logra recomponerse de sus gastos y deudas por sus malos negocios. Además, se casó con una mujer que era 16 años más joven que él pero ella lo abandonó y se llevó cientos de miles de dólares, sus perros y un auto de alta gama.