La victoria de Donald Trump se da en un contexto de complejidad tanto interna como externa. El mundo cambió sustancialmente desde que dejó el cargo en enero de 2021: Ucrania y Rusia entraron en guerra, el conflicto en Medio Oriente escaló a sus máximos niveles de tensión en años y el poder de Estados Unidos parece haberse diluido. En la esfera interna, la inflación (descontrolada para estándares norteamericanos) producto del financiamiento monetario del gasto del Tesoro estadounidense, perjudicó el bienestar social y, probablemente, fue la principal razón que lo devolvió a la Casa Blanca. Retorno que parece tener dos mandatos: ordenar la economía doméstica, y ordenar la política exterior.
Este es el verdadero impacto de la victoria de Donald Trump sobre la economía argentina
Hay varios aspectos claves que pueden potenciar el crecimiento y desarrollo de la economía argentina ante la victoria de Donald Trump. Qué pasará con el dólar, el riesgo país, el FMI, las materias primas y los aranceles.
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Para poder inferir qué ocurrirá en los próximos meses, en primer lugar hay que analizar la situación económica de los Estados Unidos. Los últimos datos de inflación sugieren que está aterrizando lentamente en el objetivo de 2%, el desempleo se encuentra en torno al 4% y la economía sigue creciendo. El año pasado el PBI presentó una expansión del 2,9% y en 2024, aunque se prevé cierta desaceleración, crecería cerca del 2%.
Sin embargo, la inflación de los últimos años erosionó el poder de compra de los salarios; un fenómeno que las generaciones más jóvenes nunca habían vivido y que los tomó por sorpresa. En consecuencia, se levantó un reclamo por parte de la sociedad norteamericana para solucionar esta cuestión de manera urgente.
Además, el creciente déficit fiscal y una deuda pública que representa el 120% del PBI marcan un camino insostenible que obligarán a la administración entrante a hacer reformas para poder conservar la credibilidad del dólar en el mundo y no perder calificación crediticia, un hito que desestabilizaría al mundo financiero tal como lo conocemos hoy.
Frente a este panorama, el programa económico del gobierno de Trump debería centrarse en moderar el gasto y devolverlo a un nivel, por lo menos, similar al que había antes de la pandemia. Esto alineará a su vez la política fiscal con la monetaria. Y permitirá continuar con el recorte de tasas que inició la Reserva Federal.
Qué impacto tiene la victoria de Donald Trump en la economía Argentina
Pensando en Argentina, la victoria de Trump parece haber impreso cierto optimismo para los activos argentinos; el riesgo país volvió a quebrar los 900 puntos y el Merval llegó a presentar una suba diaria de 4% aunque cerró con una variación más moderada.
Por su parte, el tipo de cambio oficial se mantiene anclado con el crawling peg mensual de 2% y, en todo caso, se podría analizar el impacto sobre los tipos de cambio financieros, que de todos modos no vieron la depreciación del peso, sino que mantuvieron su tendencia decreciente.
Como todo en economía hay algunas de cal y otras de arena. La vuelta de Trump también impulsó una recuperación del dólar en el mundo, que se fortaleció un 1,7%. Como contrapartida, los precios de las materias primas presentaron caídas.
Entre los puntos más controversiales de la política económica del gobierno republicano se encuentra la tendencia al proteccionismo. En su mandato anterior, la suba de los aranceles a los bienes importados fue una característica denostada por los defensores del liberalismo y propios de un gobierno con mayor tinte nacionalista.
Sin embargo, esta decisión tiene que ver más con su enfrentamiento contra China y compañía que con una decisión económica. En este sentido, es cierto que de continuar con este rasgo de su anterior mandato podría abrir la puerta de un nuevo conflicto geopolítico, en un mundo ya convulsionado.
No obstante, es esperable que Estados Unidos quiera mantener la calma al menos de los países con los países que tiene mayor influencia. Aquí entra en juego el rol de la agenda internacional que plantea Argentina, que, al estar alineada con el país norteamericano, podría serle funcional y que incluso aumente el flujo comercial entre ambos países.
No solo eso, la cercanía con el gobierno de Trump podría facilitar el acceso a financiamiento internacional, en particular a través del FMI. Sin embargo, esto solo es viable gracias al desempeño reciente de Argentina en el cumplimiento de las metas trazadas con el organismo, lo que ha permitido consolidar su posición en la mesa de negociación en busca de dólares frescos. La clave está en que una buena relación con la nueva administración en la Casa Blanca podría allanar el camino para futuras negociaciones, reduciendo la resistencia de Estados Unidos a la aprobación de desembolsos adicionales. Esto sería fundamental para sostener la estabilidad financiera del país, considerando el perfil de vencimientos de deuda en dólares para los próximos años.
Ganó Trump: ¿qué pasará con el dólar?
En definitiva, la vuelta de Trump a la Casa Blanca le dará mayor oxigenación a la economía estadounidense, con una posible apreciación del dólar, pero en un contexto donde la economía se encuentra a una distancia bastante lejana de su máximo esplendor y presenta desafíos internos para nada despreciables.
Por su parte, la economía Argentina se encuentra en una etapa avanzada de la estabilización y sentando bases sólidas que le permitirán sortear obstáculos que en otra situación no hubiera podido lograr. Es cierto que una eventual salida del cepo deja más expuesto al país ante cambios en el mundo, pero también hay que tener en claro que manteniendo las cuentas públicas en orden y con una política monetaria sólida, no habría que tener miedo.
El ciclo financiero del mundo provocará una nueva búsqueda de rendimiento fuera de los bonos del Tesoro, el mercado local deberá hacerse notar para canalizar ese flujo y para ello será necesario eliminar los controles de capital.
En definitiva, hay varios aspectos claves que pueden potenciar el crecimiento y desarrollo de la economía argentina ante la victoria de Trump. Pero para que esto ocurra las señales que debe emitir el gobierno son claras respecto a su compromiso inquebrantable de generar solvencia para honrar sus obligaciones, así como también de eliminar los controles de capital para que pueda brotar el mercado financiero local.
Economista de la Fundación Libertad y Progreso.
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