21 de mayo 2022 - 00:00

Cómo dar los primeros pasos en el mundo de las inversiones

Ordenar tus finanzas, después ahorrar e invertirlos puede hacer la diferencia a la hora de conseguir tus objetivos.

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Siempre mencionamos que no hay que tener miedo a invertir, pero si respeto a la palabra (o, mejor dicho, a la acción). Aprender sobre el tema es una de las claves para superarlo, pero no es el primer paso. En la base está entender la importancia de ocuparse de las financias personales de cada uno, ya que será lo que marque la diferencia entre cumplir o no las metas que uno se vaya proponiendo.

Ordenar este punto va mas allá de los objetivos materiales que uno busque conseguir, sino de la tranquilidad (entendida en su concepción amplia) que esto nos da para transitar el día a día.

Desde acá, no hay dudas que el primer puente a cruzar es armar un presupuesto y fijar objetivos. Esto no debe ser una “tarea” de un domingo en el que uno este aburrido, sino que es un “trabajo” que debe ser tomado con responsabilidad, constancia y metodología en el tiempo. Nada es mágico…y poco hay sin esfuerzo.

La organización de este primer paso idealmente debe llevarnos a tener un ahorro. Concepto que, en una primera definición, es el excedente de ingresos que nos queda después de los gastos. Mientras que la inversión, que es donde nos vamos a focalizar, es buscar potenciar ese excedente. En otras palabras, invertir (en activos financieros, por ejemplo) tiene como meta incrementar esos ahorros en el tiempo; o en su defecto, buscar que esos ahorros no pierdan su “poder de compra”.

Ahora bien, a la hora de decidir armar una cartera de inversiones, creemos interesante tener en cuenta cuatro pasos:

OBJETIVO

Para qué voy a invertir. Quiero preservar mi capital (protegerlo de la inflación), buscar una rentabilidad (para, por ejemplo, unas vacaciones) o hacerlo crecer en el largo plazo (para mi jubilación, o educación de mis hijos)

PLAZO

El horizonte de inversión, o el plazo, en el que estoy dispuesto a mantener mi inversión. Depende de la necesidad de esos ahorros.

RIESGO

Analizar mi aversión o tolerancia al riesgo; es decir, el nivel de riesgo que estoy dispuesto a asumir. Tiene relación a mi actitud frente a la incertidumbre que genera el resultado futuro de esa inversión

RENDIMIENTO

Es la rentabilidad esperada de esas inversiones. Recordemos que el rendimiento o ganancia esperada, tiene una relación generalmente inversa con el riesgo asociado.

¿Qué me puede ayudar a “ordenarme” para contestar estos pasos? Mi perfil de inversor. Te ayudará a definir cuál es tu actitud frente a las diferentes opciones de inversor, y elegir cuál es la más adecuada para vos. ¿Por qué? Porque evaluará tu tolerancia frente al riesgo, conocimientos y experiencia, objetivo, plazo.

Llegado este punto, es bueno que sepas que hay inversiones para todo tipo de perfil -seas muy conservador (o no quieras exponerte a perder parte de esos ahorros por una decisión), o muy agresivo (que significaría que, con tal de hacerlos crecer fuerte, estás dispuesto a perder parte de los mismos)-.

Clasificar a los diferentes activos financieros desde este lugar puede ser, una primera aproximación, muy útil para aquellos que comienzan. Así en un universo amplio podemos encontrar opciones muy conservadoras como FCI T+1 o Money Market, o algunas letras del Tesoro de muy corto plazo, que buscan una tasa de interés determinada. Estás últimas, y salvando diferencias, pueden ser vistas como una opción a un plazo fijo tradicional. La probabilidad de perder parte de los ahorros en el proceso es muy baja.

Mientras que, en contraposición, podemos mencionar las acciones, Cedears o lo que se llaman derivados. En estos últimos, por ejemplo, hablamos de futuros (un contrato para comprar o vender a un precio determinado una cantidad determinada de un activo subyacente) y opciones (un derecho a comprar o vender un activo determinado a un precio y fecha establecida). Ambos conceptos ameritan mucha mayor explicación, pero lo importante acá es entender que el riesgo asociado puede ser (muy) alto.

Dicho esto, y a modo de conclusión, la clave es entender que primero ordenar tus finanzas, después ahorrar e invertirlos puede hacer la diferencia a la hora de conseguir tus objetivos. El segundo punto será buscar un buen asesoramiento que identifique tu perfil, como necesidades, y te ayude a armar una buena estrategia. Siempre sabiendo que las opciones están, y que la decisión es tuya.

Directora de PPI.

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